Capítulo
18: La intercesión de Abraham por aquellos en peligro de juicio
1.Era la hora del almuerzo, mediodía, Abraham
en la puerta de la tienda. Hombre rico, anciano, bendecido con promesas, pero
aún sin tomar posesión de ellas. Todavía le faltaba el hijo que el Señor
prometió. Sin embargo, faltaba poco, porque en el último capítulo la promesa se
cumpliría en un año. La espera ya llevaba 25 años. Eran tres ángeles, pero
Abraham se dirigió al Señor Jesús Pre-Encarnado, el Ángel del Señor. Abraham
fue un excelente anfitrión. Hebreos 13: 2 hace mención honrosa de este
incidente. Los ángeles no necesitan comer, pero lo hacían en comunión con los
siervos de Dios. El mismo Jesús resucitado comió con los discípulos. Las
iglesias y los creyentes entre sí deben mantener la práctica de comer juntos,
ya que esto agrada al Señor (v.1-8).
2. Siempre recordamos a Sara riéndose de
las promesas del Señor, pero debemos admitir que Abraham se rió antes (17:17).
La diferencia fue que Sara fue reprendida y, por temor, negó su burla ante las
promesas del Señor. Tal vez también nosotros nos estamos riendo de los planes
de Dios para nuestras vidas. Necesitamos creer que el Señor quiere usarnos
grandemente en su trabajo donde sea que vayamos (v.9-15).
3. La bendición de Abraham no se
limitaría a la riqueza y el poder como nación, sino también a la participación
en los planes de Dios para otras naciones. En Cristo, tampoco estamos limitados
al cielo y las bendiciones celestiales. Tenemos participación con la naturaleza
misma de Cristo Jesús que mora en nosotros. Somos transformados y conformados a
su imagen. Abraham y sus descendientes debían vivir una vida de justicia (v.
16-19).
4. Mientras Dios estaba trabajando para
construir una nueva nación, Él no olvidó los pecados de la antigua Sodoma y
Gomorra. Dios vendría a confirmar judicialmente el caso de Sodoma y Gomorra. Un
día bajó por la Torre de Babel. Un día, el Señor Jesús bajará en Armagedón y
habrá un gran juicio. Abraham se preocupó por el destino de Sodoma y Gomorra
debido a que Lot residía allí. Él insistió con el Señor hasta el número 10.
Esto puede indicar que Lot tenía una esposa, hijas y yernos, y tal vez algunos
sirvientes. Los pecadores de todas las edades deben preocuparse por el juicio
de Dios en lugar de descansar en su misericordia. Los incrédulos están en gran
peligro, por eso es que debemos advertirles e interceder por ellos (v.20-33).
Los
pasos de una vida atribulada (Gen 18).
1. Incredulidad (v.1-15)
2. Destrucción (v.16-21)
3.Intercesión (v.22-33)
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