miércoles, 21 de agosto de 2019

Levítico 12


Capítulo 12: El puerperio

La mujer que daba a luz a un niño quedaba siete días impura. No se trata de impureza moral o física. Era un ritual mediante el cual Dios una vez más mostraba, de modo visual, la separación de lo correcto y lo incorrecto, lo puro y lo impuro, la obediencia y la desobediencia. Al octavo día, el niño era circuncidado, y luego su madre esperaba otros 33 días antes de que se le permitiera regresar a la convivencia con otros. En este momento, la débil y frágil madre e hijo estaban lejos del peligro de infección o enfermedad. Los fluidos corporales y la sangre que salía de la mujer la hacían impura, pero nuevamente, es bueno recordar que no había pecado en haber tenido relaciones sexuales y engendrado un hijo. Estas eran leyes que formaban parte de un conjunto de rituales. No sabemos por qué, si nacía una niña, el tiempo se duplicaba. La ofrenda por el pecado, tanto del nacimiento de un niño como de una niña, puede recordarles a los padres que el pecado ya nace con sus hijos. David dijo que en pecado fue concebido y es un recordatorio para todos de que todos son pecadores desde el nacimiento (v.1-8).

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