Capítulos
15-19: las herencias de los hijos de Israel
El auge de Josué está en conquistar las
tierras. Es para eso que el pueblo cruzó el Jordán, para vencer a sus enemigos
y conquistar las tierras que Dios les había prometido a Abraham, Isaac y Jacob.
Es necesario comprender claramente que las bendiciones para la nación de Israel
consistían en amar al Señor y, como reflejo de la obediencia, conquistar las
tierras y prosperar en ellas. La Iglesia adquiere
bendiciones celestiales en Cristo Jesús, nuestra herencia es Cristo. Nuestras
conquistas son las virtudes de Cristo en nosotros. Podemos ver la riqueza del
creyente en actitudes espirituales, alegrías y victorias. Es por esto que los
creyentes se vuelven ricos y generosos incluso sin dinero (ver 2 Cor. 8-9).
Caleb exigió lo que era promesa. Al creyente de hoy no se le debe enseñar a
exigir ingresos materiales, sino a buscar intimidad con el Señor y disfrutar de
las virtudes de Cristo. Tenemos bendiciones celestiales en Cristo y nuestra
madurez está en apreciar y vivir a Su Persona, desarrollándonos a Su imagen.
“Cada
caso de falla espiritual es un impedimento para el progreso del reino de los
cielos entre los hombres, impide que el propósito divino triunfe con la verdad
y la justicia. Las fuerzas hostiles del mundo se ríen de un corazón dividido
para el servicio de Cristo. Las fortalezas de la iniquidad nunca pueden caer
ante una iglesia debilitada por el espíritu de incredulidad ".[1]
Herencia
espiritual (Jos 15-19)
1.El Señor Dios es la herencia de su
pueblo (Sal. 16: 5)
2. Los hijos son la herencia de Dios para
sus padres (Sal 127.3)
3. La sabiduría es una herencia rentable
(Ec. 7:11)
4. El Espíritu Santo es la garantía de
nuestra herencia con Dios (Ef. 1: 13-14)
5. Los pecadores no regenerados no tienen
herencia con Cristo (Ef.5.5)
6. La herencia en Cristo nos motiva a hacer
todo desde el corazón (Col. 3: 23-24).
7. La herencia en Cristo nos motiva a
caminar por fe (Hebreos 11: 8)
8. La resurrección de Cristo asegura
nuestra herencia eterna (1 P. 1: 4)
9. Nuestros padres terrenales dejaron una
herencia maldita (1 Pedro 1:18)
[1] The Pulpit
Commentary, Js 15 - Edited by the Very
Rev. H. D. M. Spence, D.D., and by the Rev. Joseph S. Exell, M.A. (Published in
1880-1897 extraído de e-sword version 10.3.0 - 2014)
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