viernes, 1 de noviembre de 2019

Josué 15-19


Capítulos 15-19: las herencias de los hijos de Israel

El auge de Josué está en conquistar las tierras. Es para eso que el pueblo cruzó el Jordán, para vencer a sus enemigos y conquistar las tierras que Dios les había prometido a Abraham, Isaac y Jacob. Es necesario comprender claramente que las bendiciones para la nación de Israel consistían en amar al Señor y, como reflejo de la obediencia, conquistar las tierras y prosperar en ellas. La Iglesia adquiere bendiciones celestiales en Cristo Jesús, nuestra herencia es Cristo. Nuestras conquistas son las virtudes de Cristo en nosotros. Podemos ver la riqueza del creyente en actitudes espirituales, alegrías y victorias. Es por esto que los creyentes se vuelven ricos y generosos incluso sin dinero (ver 2 Cor. 8-9). Caleb exigió lo que era promesa. Al creyente de hoy no se le debe enseñar a exigir ingresos materiales, sino a buscar intimidad con el Señor y disfrutar de las virtudes de Cristo. Tenemos bendiciones celestiales en Cristo y nuestra madurez está en apreciar y vivir a Su Persona, desarrollándonos a Su imagen.

“Cada caso de falla espiritual es un impedimento para el progreso del reino de los cielos entre los hombres, impide que el propósito divino triunfe con la verdad y la justicia. Las fuerzas hostiles del mundo se ríen de un corazón dividido para el servicio de Cristo. Las fortalezas de la iniquidad nunca pueden caer ante una iglesia debilitada por el espíritu de incredulidad ".[1]

Herencia espiritual (Jos 15-19)

1.El Señor Dios es la herencia de su pueblo (Sal. 16: 5)
2. Los hijos son la herencia de Dios para sus padres (Sal 127.3)
3. La sabiduría es una herencia rentable (Ec. 7:11)
4. El Espíritu Santo es la garantía de nuestra herencia con Dios (Ef. 1: 13-14)
5. Los pecadores no regenerados no tienen herencia con Cristo (Ef.5.5)
6. La herencia en Cristo nos motiva a hacer todo desde el corazón (Col. 3: 23-24).
7. La herencia en Cristo nos motiva a caminar por fe (Hebreos 11: 8)
8. La resurrección de Cristo asegura nuestra herencia eterna (1 P. 1: 4)
9. Nuestros padres terrenales dejaron una herencia maldita (1 Pedro 1:18)


[1] The Pulpit Commentary, Js 15 - Edited by the Very Rev. H. D. M. Spence, D.D., and by the Rev. Joseph S. Exell, M.A. (Published in 1880-1897 extraído de e-sword version 10.3.0 - 2014)

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