Capítulo
16: La elección de un rey en lugar de Saúl
1.Samuel sentía mucho dolor por Saúl.
Dios ya había rechazado a Saúl. Samuel temía por su vida, porque Saúl podría
matarlo si descubría que Samuel estaba en busca de un rey. Dios quería a
alguien de la familia de Isaí, pero no cualquier persona. Dios ya había elegido
a David. Los ancianos de la ciudad tuvieron miedo cuando vieron a Samuel. Él
dijo que estaba allí apenas para ofrecer sacrificio. El primer rey elegido
tenía una apariencia impecable. El próximo rey no impresionaba, pues el hombre
ve el exterior pero Dios ve el interior. Dios sabía a quién elegiría, pero los
hombres no. Isaí había mostrado siete hijos, pero ninguno de ellos fue elegido
por Dios. Solo quedaba ver a uno de sus hijos, pero sin esperanza de que él
fuera el rey. Era un joven pastor. Samuel no comería sin antes ver a este
joven. Él no era feo, simplemente no se veía igual como Saúl, que era alto y se
destacaba entre todo el pueblo. Él era pelirrojo. Los pelirrojos, al parecer,
siempre han sufrido “bullying” en la historia. Eliab podría ser el próximo
Saúl, ya que era alto, y así la nación mantendría la presencia de un rey de
buena apariencia. David era muy bonito o delicado para una tarea tan grandiosa.
El Espíritu Santo entró en David y permaneció en David, lo cual era inusual,
porque sabemos que en el Antiguo Testamento el Espíritu Santo no moraba
permanentemente en los creyentes (v.1-13).
“Sus
caminos no son nuestros caminos; realmente necesitamos confiar en Él para que
nos guíe; para ayudarnos a tomar las decisiones correctas. Tres cosas en este
capítulo revelan nuestra necesidad de confiar en Dios para dirigirnos en todo
lo que hacemos. 1) Su mandato a Samuel (v.1-5) 2) Su elección de David (v.6-13)
3) Su control sobre Saúl (v.14-23) ".[1]
La
intermediación del hombre en una elección divina (1 Sam 16: 1-13)
1.No es fácil cuando se trata de
sustitución (v.1-2)
2. No es difícil cuando la sustitución es
hecha por Dios (v.3-5)
3. No es una elección personal (v.6-7)
4. No puede tener prisa (v.8-10)
5. No es previsible (v.11-13)
2. Como sabemos, en el Antiguo Testamento,
el Espíritu Santo cumplía una función en la vida de las personas, pero habitaba
en ellas permanentemente. Saúl estaba cada vez más lejos del Señor, por eso abrió
una ventana en su vida para que los demonios lo oprimieran. Los sirvientes de
Saúl, orientados ciertamente por Dios, nombraron a un tocador de arpa para
tranquilizarlo. No era apenas un artista, un músico, sino alguien que caminaba
con Dios, que impartiría paz en esa situación perturbadora en la mente de Saúl.
La sugerencia no podría ser mejor. El joven David era muy talentoso, agradable,
valiente y, lo más importante, andaba comunión con Dios. El padre de David,
Isaí, envió junto con David una comida
para el rey, vino, carne de cabrito y pan. David agradó a Saúl y este lo
convirtió en su nuevo paje de armas. Además de hacer aquello para lo que fue
designado: calmar a Saúl en la perturbación de su alma. Podemos ser usados
por Dios para calmar a las personas, porque el que vive en nosotros es Dios
de paz. Sin embargo, nuestra misión no es solo calmar a las personas sino
atraerlas hacia el Señor Jesucristo. Para que alguien resuelva el problema de
su alma o el pecado, debe acudir a Aquel que da descanso a las almas
sufrientes, que llevan cargas pesadas. En arrepentimiento y reconociendo a
Jesús como Salvador sustituto para sus pecados, las personas encontrarán no
solo paz para los momentos difíciles, sino también la vida eterna (v.14-23).
“La
poderosa influencia ejercida por la música sobre el estado mental es bien
conocida desde la antigüedad; así, los antiguos sabios griegos recomendaron
música para calmar las pasiones, curar las enfermedades mentales e incluso
controlar disturbios entre las personas".[2]
El
pánico y la paz (1 Sam 16: 14-23)
1.Los demonios perturban y causan pánico
(v.14)
2. El rechazo contra Dios causa pánico
(v.15)
3. La música puede ser paliativa contra
el pánico (v.16-17)
4. La presencia de Dios reemplaza el
pánico con la paz (v.18)
5. La gente común puede tener paz y los
reyes pueden estar en pánico (v.19-20)
6. Las personas guiadas por Dios irradian
paz (v.21-23)
[1] Expositions of Holy Scripture (1 Samuel),
pg. 41 – Alexander Maclaren (1826-1910) (Grand Rapids, MI: Christian Classics
Ethereal Library)
[2] Keil & Delitzsch - Keil & Delitzsch
Commentary on the Old Testament (1 Sm 16.15-16) (Johann (C.F.) Keil (1807-1888)
& Franz Delitzsch (1813-1890) – extraído de e-sword version 10.3.0 – 2014
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