Capítulo
10: Los hombres de David son humillados
1.David mantuvo una buena amistad con los
amonitas por un tiempo como vemos en 2 Sam 8:12, pero fue traicionado, como
vemos en este capítulo. Ahora, David quiere ser un buen vecino y llevar las
condolencias por la muerte del rey de Amón. Sin embargo, como suele suceder,
cuando alguien tiene una buena intención, por un lado, por el otro, casi
siempre hay alguien desconfiando de la buena intención. Los príncipes de Amón
sospecharon que los hombres de David eran espías y los humillaron afeitándoles
la mitad de la barba y rasgando las vestimentas de los soldados de David. Los
hombres estaban muy avergonzados, pero David los protegió en su vergüenza,
dejándolos en la ciudad de Jericó hasta el momento en que crecieron sus barbas.
Los hijos de Amón contrataron mercenarios sirios en caso de que David los
atacara, lo que ciertamente sucedería. Los hermanos Joab y Abisai acordaron que
se ayudarían mutuamente en esta batalla. El más fuerte ayudaría al más débil. Uno
alentó al otro a confiar en el Señor (v.1-12).
2. Abisai y Joab lograron ahuyentar a los
sirios y a los amonitas. Estos, sin embargo, se reagruparon para atacar a
Israel. David, al escuchar esto, se armó y fue a luchar contra los sirios y los
amonitas. David venció a los sirios y los amonitas, con miedo, se entregaron a
David. Los sirios tenían miedo de apoyar a los amonitas. Por lo tanto, una vez
más, vemos la mano de Dios dando la victoria a David (v.12-19).
“Las
alianzas entre hombres mundanos contra los soldados de Dios están hechas de
intereses egoístas y cuando se pueden asegurarse mejor abandonando a un hombre
caído, todas las alianzas, en su prisa por desertar y someterse al
conquistador, desaparecen. Los chacales dejan al león enfermo... ¡Así son de
vacías las coaliciones del mundo contra Dios y su ungido![1]
Para
calmar o no el corazón (2 Sm 10)
1. Mostrar amabilidad hacia los demás
calma el corazón (v.1-2)
2. Mostrar desconfianza no calma el
corazón de nadie (v.3)
3. Mostrar violencia no calma el corazón
del violento o la víctima (v.4)
4. Esperar con venganza no calma el
corazón (v.5)
5. Hacer enemigos no calma el corazón
(v.6)
6. Para llevar a cabo la obra de Dios, el
corazón no siempre está tranquilo (v.7-10)
7. Ayudarse unos a otros calma el corazón
(v.11-12)
8. La vida está llena de luchas y
agitación del corazón (v.13-19)
[1] Expositions of Holy
Scripture - Alexander Maclaren – 2 Samuel - pg. 249 – (Grand Rapids, MI: Christian Classics Ethereal Library)
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