martes, 11 de agosto de 2020

Salmo 10

Salmo 10: Las reafirmaciones que debe hacer el creyente para no perder la fe en Dios

1. El creyente casi siempre está al borde de la incredulidad. Cuando miramos el mundo que nos rodea, a menudo queremos renunciar a todos nuestros proyectos por causa de las decepciones con las personas y por causa de las situaciones casi imposibles. Para que el creyente no pierda la fe en Dios, debe reafirmar periódicamente las verdades fundamentales de la salvación. En las situaciones difíciles de la vida, especialmente cuando está decepcionado con los hermanos y con el prójimo, el creyente necesita reafirmar lo que ya sabe, que el hombre es un pecador y que Dios tiene el control de todo.

2. Si el creyente no reafirma en su mente los principios de la Palabra de Dios, acabará perdiendo la fe, porque las penurias de la vida unidas a las decepciones hacen que nos desanimemos y hasta renunciemos a lo que Dios quiere hacer en nosotros y por nosotros. El salmista en un momento de incertidumbre y persecución llegó a sentir que Dios estaba lejos y que se había escondido de él. Pero cuando el creyente reafirma lo que la Palabra de Dios ya ha dicho sobre el ser humano y adquiere una visión realista de la vida y enfrenta dificultades sin esperar mucho del hombre pecador. El salmista perseguido se considera un pobre que soporta la arrogancia y la indiferencia del rico. El ser humano es orgulloso, pero acaba siendo víctima del propio orgullo (v.1-2).

3. La codicia está ligada al pecador y también el hombre. Cuando el hombre tiene dinero, maldice a Dios con sus actitudes. No es exagerado reafirmar esto para nuestra mente débil y olvidadiza. El hombre es ingrato, codicioso y avaro. Es mezquino incluso cuando no tiene nada. El hombre pecador es tan orgulloso y lleno de sí mismo que se vuelve necio y sin inteligencia. En lugar de investigar y descubrir que existe un Dios creador y soberano, prefiere ignorarlo y aceptar la mentira de sus propios pensamientos (v. 3-4).

4. Por un momento parece que el pecador es victorioso y próspero. Incluso se burla de sus oponentes en tiempos de riqueza y salud, pero no sabe que Dios es el juez y que un día tendrá que rendir cuentas al Señor. El creyente debe reafirmar que el hombre es un pecador y que no siempre será fuerte. El pecador es muy firme en su sentido de seguridad, por lo que parece inquebrantable. El creyente que no reafirma que el hombre es un pecador y necesita de Dios, pronto será traicionado por la falsa seguridad del pecador y perderá la fe en Dios (v.5-6).

5. No nos engañemos acerca del incrédulo. No quiere vivir para Dios porque sabe que Dios no bendice la lengua maldiciente, ni la mentira, ni la opresión. La vida de pecado es un insulto contra Dios. Si no reafirmamos en nuestra conciencia que el pecado es un insulto contra Dios, pronto cederemos al pecado y también insultaremos a nuestro Creador y Señor. El hombre es inescrupuloso y astuto. El pecador no agrada a otro sin interés. El egoísmo gobierna la vida de las personas, por lo tanto, no nos dejemos engañar por la naturaleza humana. Solo se sienten decepcionados los que se olvidan de reafirmar que el ser humano es un pecador y que solo los que andan en el Espíritu pueden agradar a Dios (v.7-8).

6. El hombre sin Dios o desobediente a Él actúa como cazador y devorador de inocentes. El creyente puede ser arrestado por traición como lo fue Jesús, pero no puede ser arrestado por el engaño de confiar demasiado en la naturaleza humana hasta el punto de sentirse decepcionado cuando algo así sucede. El pecador que persigue al siervo de Dios hace como el león que se arrastra para atacar. Es aterrador y astuto. No parece muy espiritual ser desconfiado, pero reafirmar lo obvio y bíblico no es ser pesimista, sino estar preparado para las luchas de la vida y la sumisión a Dios (v. 9-10).

7. Cuando el sentido de responsabilidad es muy débil en el pecador, no tiene miedo de pecar y perseguir. El creyente que no reafirma en su mente que muchos pecadores no responden positivamente a su conciencia se sentirá decepcionado y puede perder la fe en Dios porque ha puesto tanta confianza en el carácter de las personas. La afirmación de lo que Dios ya ha dicho en su Palabra es una reafirmación necesaria que el creyente debe hacer para no decepcionarse demasiado y hasta perder la fe en Dios (v.11).

“Este hombre cruel se consuela a sí mismo con la idea de que Dios es ciego o, al menos, olvidadizo: una fantasía, de hecho. Los hombres dudan de la Omnisciencia cuando persiguen a los santos. Si tuviéramos un sentido de la presencia de Dios con nosotros, sería imposible que maltratáramos a sus hijos "[1].

8. Si el salmista no reafirmara en su corazón que Dios está controlando todo, ya habría perdido la fe en Dios, porque las situaciones en su vida fueron muy adversas. Dios no hace que el hombre peque, ni es la causa del mal, pero permitir que la maldad avance en este mundo no significa que Él pierda el control de la situación. Cada uno tendrá que responder por sus acciones, tanto el perseguidor implacable como el perseguido que ha perdido la fe en Dios quien puede levantar la mano y ayudar a los oprimidos (v.12).

9. Incluso parece que el impío no teme a Dios y su justicia, porque no se preocupa por despreciarlo. La Biblia nos corrige cuando usa la conjunción adversativa "pero". Cuando perdamos la esperanza, recordemos los "peros" de Dios, que puede cambiar nuestras mentes para creer en Él y en Sus imposibles. Dios defiende a los oprimidos y a los huérfanos. (N de T: en la versión que usa el autor, el v.14 dice “Pero tú lo has visto”) Cuando Dios decide alzar su mano y hacer justicia, nadie puede resistir. El creyente no está autorizado a hacer justicia con sus propias manos, ni debe desmayar en su fe en Dios. Cuando el Señor escudriña al hombre Él llega hasta el fondo, y nosotros solo alcanzamos la superficie en nuestros juicios errados. Dios está en control y es bueno que sea Él y no nosotros(v. 13-15).

10. Nuestros problemas e injusticias sufridas no son mayores que todas las naciones juntas. Ante Dios han perecido las naciones. Él es el rey eterno que tiene el control mundial. Los huérfanos, los pobres y los oprimidos son totalmente incapaces de defenderse. Dios, que tiene el control de todo, conoce todas las opresiones. El tiempo de Dios no es el mismo que el nuestro. La justicia de Dios parece tardía para quienes sufren injusticias, pero llegará aunque sea en la eternidad. Pronto el valiente no asustará a nadie. No es difícil perder la fe en Dios. Solo basta mirar al hombre y confiar en él y pronto estaremos decepcionados y perderemos la fe en Dios, quien hizo al hombre. Si miramos las situaciones difíciles de la vida y no vemos a Dios obrando, pronto perderemos la fe en el Señor. Debemos reafirmar para nuestro entendimiento lo que la Biblia aclara, es decir, el hombre es un pecador y Dios tiene el control de todo (v.17-18).

Salmo 10: Las reafirmaciones que debe hacer el creyente para no perder la fe en Dios
1. El creyente debe reafirmar que el hombre es pecador (v.1-11)
2. El creyente debe reafirmar que Dios tiene el control de todo (v. 12-18).


[1] The Treasury of David - by Charles Haddon Spurgeon, Sl 10.11 - Published in 1869-1885; public domain (extraído de e-sword version 11.0.6 - 2016)

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