domingo, 15 de noviembre de 2020

Salmo 131

Salmo 131: Las virtudes aprendidas de un niño

Parece que se necesita un tiempo considerable de vida para aprender lo obvio, es decir, que no debemos mirar cosas que son demasiado grandes. La arrogancia solo encuentra un camino por delante y esa es la ruina. Es como escalar una montaña empinada. Por mucho que nos esforcemos e incluso lo pongamos como el principal objetivo de nuestra vida, basta con mirar en perspectiva que cuando lleguemos allí, solo queda el descenso. El principal y único objetivo de un niño lactante es alimentarse de su madre. Después de ser alimentado, duerme. Nuestra relación con Dios debe ser así también. Él pasa a  ser nuestra motivación y no los proyectos en sí (v.1-3).


“De alguna manera, está involucrada la auto negación, en una forma de renovación y santa obediencia. Cambiar nuestro corazón implica aprender a amar las cosas que no amamos naturalmente, desaprender a amar al mundo; pero implica, por supuesto, una frustración de nuestros deseos naturales. Ser justo y obediente implica dominio propio … 1”


Salmo 131: Las virtudes aprendidas de un niño

1. Humildad (v.1, Mt 18:1-5, Fp 2:5-8)

2. Paz (v.2, Jo 14:1)

3. Confianza (v.3, Fp 4:6, Heb 4:16)



1.  Sermon Bible Commentary, Sl 131.2 - Edited by the Rev. W. Robertson Nicoll, Published in 1888-1893; public domain (extraído de e-sword version 11.0.6 – 2016)

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