Jeremías 50-51

 Capítulos 50-51: El poder y la caída de Babilonia

 

1. Babilonia sirvió a los propósitos de Dios de disciplinar a Judá y juzgar a las naciones vecinas. Los ídolos babilónicos no hicieron esto, sino que fue Dios quien la equipó con el poder para llevar a cabo Sus juicios. Judá recibió la liberación de Babilonia cuando los gobiernos de Media y Persia se unieron para invadir y derrotar a Babilonia (50: 1-9).

 

 

 

“En la plenitud de su poder, el Imperio Babilónico parecía indestructible. Pero cuando dejó de ser útil para los propósitos de Dios castigar a Judá por sus pecados, Dios la castigaría y la aplastaría por su cuenta. Los medos y los persas destruyeron Babilonia en el 539 a.C. (Dan. 5: 30-31). En las Escrituras, Babilonia se usa como símbolo de todo mal. Por lo tanto, este mensaje se puede aplicar al final de los tiempos cuando Dios borre el mal de una vez por todas ".[1]

 

2. La profecía contra Babilonia es que quedaría desierta después de esta invasión. Quizás alguien piense que se debería salvar a Babilonia, ya que cumplió la disciplina del Señor sobre Judá y destruyó a las naciones vecinas. Sin embargo, Dios cumple Su propósito usando a quien Él quiere. Incluso los demonios y Satanás cumplirán el propósito de juicio de Dios en la tierra, pero esto no significa que no llegará el momento de que sean condenados para siempre en el lago de fuego. Asiria devoró el reino del norte y Babilonia deshuesó el reino del sur. Todos los que se metieron con el cordero de Dios, Israel, tendrán que sufrir las consecuencias del juicio del Pastor Supremo. El perdón llegará a Israel y volverá a habitar su tierra prometida. Babilonia sirvió de martillo sobre todas las naciones, pero ahora el martillo se ha roto (50: 10-28).

 

3. Como todas las caídas, el factor principal es el orgullo. Antes de la caída viene el orgullo y, por eso, Babilonia está siendo devastada por Dios. El Redentor de Israel es Dios mismo y Él escuchó la causa de Su pueblo. La destrucción de Babilonia será definitiva, no quedará ningún remanente de nación para resurgir. Todas las naciones serán informadas de la caída de Babilonia (50: 29-46).

 

4. Israel no quedó viuda, porque el Señor Dios, Jehová, es el Esposo de Israel. Babilonia carga la culpa e Israel es perdonado. La huida de Israel no será dramática, porque, de hecho, Judá será llevada a Persia y será protegida allí por los destructores de Babilonia. La expresión de un cáliz o copa llena de vino que emborracha a las naciones también se usa en Apocalipsis 17 y 18 para describir la caída de la Babilonia espiritual, que es todo el sistema religioso falso usado por el Anticristo. La caída de Babilonia es irremediable (51:1-10).

 

5. Babilonia habita sobre las aguas, es decir, de los ricos ríos Tigris y Éufrates. La riqueza de Babilonia es universalmente conocida. El texto exalta al Dios creador y su poder para hacer llover. El texto también denuncia la insensatez del hombre por hacer ídolos e imágenes de oro, pero que no son más que una mentira. Dios nuevamente menciona a Babilonia como Su martillo. El instrumento de Dios no tiene que ser necesariamente un creyente, sino que puede ser una persona incrédula, un gobierno incrédulo, una nación pagana, un falso profeta e incluso Satanás y sus demonios (51:11-26).

 

6. El profeta dice que los medos, el gobierno de Media, invadirán Babilonia. También habla en primera persona en nombre de Sion, la ciudad de Jerusalén. La venganza de Dios vino sobre Babilonia, quien infligió todo tipo de maldad en Jerusalén. Fue una sorpresa para todas las naciones. Nunca nadie imaginó a Babilonia caer y caer de manera tan fea. Cayó el famoso muro de Babilonia (51: 27-58).

 

 

“Los ejércitos de Dios estaban preparados, los comandantes estaban listos y comenzó la batalla; ¡pero el ejército babilónico estaba paralizado! Se apoyaron contra las paredes, exhaustos y sin valor para luchar. La ciudad quedó incendiada y los barrotes de las puertas se rompieron. No había forma de evitar que el enemigo entrara en la ciudad e hiciera lo mismo que los babilonios habían hecho con Jerusalén ”.[2]

 

7. Lo más notable, quizás, de esta profecía es que estaba en una carta a Babilonia a través del camarero del rey Sedequías, Seraías. El profeta tercerizó su profecía porque le pidió a Seraías que la leyera en voz alta cuando llegara a Babilonia. Seraías necesitaría mucho coraje, porque Babilonia estaba intacta y nunca daría crédito a ese mensaje. Después de leer el mensaje, Seraías lo ataría a una piedra y lo arrojaría al río Éufrates. Esto es paralelo a Apocalipsis 18:21. Aquí terminan las profecías de Jeremías. El último capítulo es un relato que se encuentra también en Reyes y Crónicas (51: 59-64).

 

8. En estos dos capítulos (50 y 51), hay varias metáforas que nos enseñan sobre el poder de Dios contra Babilonia y toda la arrogancia, y Su cuidado por Su pueblo.

 

Metáfora	Ref.	Significado
Ovejas perdidas	50:6	Israel y Judá en los cautiverios
La madre de las naciones	50:12	Babilonia y su poder mundial
Cordero devorado y deshuesado	50:17	Israel y Judá en los cautiverios
Martillo de toda la tierra	50:23	Babilonia y su poder de destrucción (también 51:20)
Aventadores	51:2	Los enemigos de Babilonia (Media y Persia). Aventar es revolver con una pala
Copa de oro	51:7	Babilonia que embriagaba al mundo con su poder. La copa era de Dios. Él usó a Babilonia
Muchas aguas, rica en tesoros	51:13	Tierra de Babilonia bañada por los ríos Tigris y Éufrates, ricos en piedras preciosas.
Porción de Jacob	51:19	Término para designar al Dios Creador del mundo y de Israel
Monte destruidor	51:25	Babilonia y su poder destructivo. No restarán piedras
Piedra arrojada al Éufrates	51:63	Babilonia derrotada para siempre (51:64)
Flechas, arcos y arqueros	50:9	Media y Persia invadiendo Babilonia (50:14,29,42, 51:3,11, 56)

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[1] Comentarios de la Biblia del Diario Vivir – Jr 50 - Compilado por Maqui, (a)  Rabí Gamaliel, 1997 EDITORIAL CARIBE - Una división de Thomas Nelson - P.O. Box 14100 (extraído de e-sword version 11.0.6 – 2016)

 

[2] Comentário Bíblico Expositivo do VT, Vol. 4, pg. 181 – Jr 51.27-33 – Warren W. Wiersbe (Editora Geográfica – 1ª edição 2006)