miércoles, 26 de mayo de 2021

Jonás 2

 Capítulo 2: La oración y lo que revela sobre el hombre

 

1. La oración más ferviente es la que ofrece el hombre angustiado. Las cuevas, los valles, las camas de hospital y las entrañas de los peces producen las más fervientes oraciones. Jonás, que había desobedecido a Dios y lo había admitido, ahora necesitaba decir lo que realmente estaba en su corazón. Aunque la oración de angustia no es garantía de que el hombre reparará su camino, abre una oportunidad para una mayor intimidad con Dios para buscarlo de verdad y hace que el hombre olvide quién es y lo que quiere, excepto la liberación de la angustia. La angustia extrema nos hace orar sin dificultad. La angustia del alma abre mano del sueño, la comida, los amigos, el entretenimiento y el orgullo. La angustia olvida incluso qué fue lo que llevó a la víctima a ese estado de clamar solo a Dios por Su misericordia. La angustia revela a un hombre que ora con fervor y la oración revela a un hombre que sufre de angustia. Cuando está angustiado, el hombre reconoce que está profundamente hundido y oprimido. Cuando está seguro de sí mismo y sin angustia de su alma, el hombre se encuentra por encima de las olas y señor de los mares en las situaciones de la vida. No es malo sentirse angustiado, si es para encontrarse con el Señor en las profundidades del mar (v.1-3).

 

2. Nadie que no se sienta abandonado ora con fervor. Nuestras oraciones más sinceras están ligadas a un sentimiento de abandono. Ningún niño recuerda a su padre cuando se divierte con otros niños. Las pesadillas y los terrores nocturnos son los que hacen que el niño corra a la cama de sus padres. Nadie busca protección cuando se siente protegido. Nadie busca compañía cuando está rodeado de la presencia de amigos. Nadie busca realmente al Señor cuando no se siente abandonado. Jonás sintió como si fuera expulsado de la presencia de Dios y de Su casa de adoración. Cualquiera que haya huido lejos de Asiria y Jerusalén, extraña mucho el Templo. La iglesia se convierte en refugio para el creyente que sufre. Quizás por eso algunos abandonan la congregación, porque no se sienten totalmente abandonados en su vida diaria. Quizás por eso algunos no se detienen en la Palabra de Dios, porque no se sienten totalmente abandonados por Dios, pero no porque estén muy cerca de Dios, sino porque están satisfechos con sus propias actividades y forma de resolver los problemas de la vida (v.4).

 

3. El mayor abandono de Jonás no fue de los amigos ni de su tierra, ya que era un fugitivo que quería aislarse de todo y de todos. El mayor abandono de Jonás fue el del alma. Estar a solas con la propia alma es la mayor sensación de abandono, ya que no sabemos cómo afrontar los problemas del alma. Las actividades, las diversiones y la rutina son una anestesia para el alma. Cuando Dios nos deja o nos aísla con nuestra propia alma por alguna enfermedad, algún desprecio o tristeza, no sabemos cómo lidiar con esta parte tan misteriosa de nuestro ser. Por eso los llamados "médicos del alma", los psicólogos, son tan buscados, porque la gente no sabe qué hacer con un alma silenciosa y abandonada. El sentimiento de abandono nos hace doblar las rodillas y buscar al amado de nuestra alma, Jesús. Nadie quedará abandonado al buscar al Señor, porque nuestro nombre está escrito en la palma de su mano. Cuando las personas necesitan conservar información importante, la escriben en la mano para no olvidarla. Dios no nos abandona, incluso si una madre llega a abandonar a un hijo (v.5-6 ver también Isaías 49:15-16).

 

4. Jonás, en su angustia y abandono, buscó al Señor y creyó que, aunque no podía estar en el Templo, Dios aceptaría sus oraciones. Nuestra oración llega al Señor, no importa dónde estemos. No siempre podemos estar con los hermanos o con la Biblia abierta, pero el Señor siempre está listo para escuchar nuestro clamor (v.7).

 

5. En los momentos de oración íntima con Dios, es que recordamos que no vale la pena buscar un recurso que no sea Él mismo. Los ídolos no nos traen la misericordia de Dios, sino que la alejan. Quizás Jonás estaba pensando en los ninivitas y la idolatría de ese pueblo. Quizás le estaba prometiendo al Señor que, si salía del vientre del pez grande, iría a Nínive y predicaría. Hacemos muchos votos cuando nos encontramos en situaciones difíciles. Las camas de hospital han escuchado muchas promesas de personas que se han prometido a sí mismos, a sus familiares y a Dios que se convertirán en mejores personas cuando se vayan. Muchas promesas de nuevos misioneros salieron de los hospitales, pero ¿cuántas de esas promesas se han cumplido? Descubrimos en la oración de angustia que somos ingratos con el Señor y queremos saldar nuestras deudas pendientes con Él. Algunas de estas oraciones son sinceras, pero otras son solo un intento de negociar con Dios. En todo caso, las aflicciones y oraciones que provocan tienen el poder de revelarnos cuán ingratos somos por las cosas buenas que Dios nos ha dado (v.8-9).

 

6. En algunas situaciones, Dios responde nuestras oraciones de la manera que queremos, pero en otras ocasiones, debemos aprender que no será como pensamos, sino como Dios lo quiere. El propósito de las oraciones no debe ser escapar o ser liberados de la aflicción misma, sino redescubrir nuestra comunión con Dios. Algunos que ni siquiera estaban cerca de Dios en oración aprendieron a través del sufrimiento. Otros que practicaron el devocional, pero se enfriaron, regresaron a ese precioso tiempo a través de la angustia. También están aquellos que nunca abandonaron su tiempo devocional, pero comenzaron a pensar que Dios los estaba bendiciendo por ese tiempo y tuvieron que aprender, a través del sufrimiento, que es la misericordia de Dios, y no nuestra oración en sí, lo que nos mantiene vivos espiritualmente. El hecho es que después de ser vomitado por el gran pez, deberíamos tornarnos creyentes más conscientes de la Persona de Dios y de Su misericordia (v.10).

 

“Jonás no había orado durante la tormenta y los marineros clamaban frenéticamente a sus dioses. Ahora sentía la desesperación de su situación ... Obviamente la oración no fue escrita mientras Jonás estaba dentro del pez orando. Todo está en tiempo pasado, lo que indica el hecho de que se registró después de la experiencia ... Jonás al menos sabía a quién orar. Los marineros tenían sus propios dioses variados, pero los abandonaron cuando descubrieron lo poderoso que era el Señor. Jonás, sin embargo, siempre había conocido al Dios verdadero. Esa fue su dificultad. Sabía que Dios se preocupa por el hombre y, sin embargo, se había alejado de él. Ahora que estaba en peligro, fue ese mismo aire divino lleno de comprensión lo que lo trajo de regreso a Dios”.[1]

 

La oración y lo que revela sobre el hombre (Jon 2)

1. Revela que el hombre sufre de angustia del alma (v.1-3)

2. Revela que el hombre sufre de un sentimiento de abandono (v.4-6)

3. Revela que el hombre sufre de ingratitud (v.7-10)



[1] Comentário Bíblico Moody , pg.10-11 - editado por Everett F. Harrison (IBR – São Paulo – SP – 4ª impr. 2001)

 

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