Capítulo 8: La nación de Israel se aleja cada vez más del Señor
1. El Señor invita a Oseas a “poner la boca sobre la trompeta” y denunciar los pecados del pueblo de Israel. Dios vendrá como un águila, veloz e implacable contra la nación por haber desobedecido el acuerdo con Él. Israel piensa que conoce al Señor. Hay muchas personas que piensan que están cerca de Dios porque hacen cosas que las hacen sentir bien consigo mismas, pero no tiene nada que ver con el Señor. La vida con Dios es una vida de relación y no de rituales que nos hacen sentir bien, pero que son un engaño del alma. La vida de la nación de Israel ha sido de independencia. Lograron darle estructura a la nación, pero basados en gobiernos de reyes usurpadores e ídolos que tomaron el lugar del Dios verdadero. Adoraban a un becerro en lugar del verdadero Dios. Semejante a lo que hicieron sus padres en la época de Moisés adorando a un becerro de oro. Los pecados del pasado vuelven con una apariencia diferente, pero siempre con la misma rebelión. Ellos sembraron viento y ahora cosecharán la tormenta (v.1-7).
2. Israel se ha convertido en un objeto despreciable, porque negoció con naciones y no se rindió al Señor. Como un animal sin rumbo, la nación de Israel estaba desorientada entre las naciones. Sin embargo, Dios todavía traerá a Israel de todos los rincones para cumplir Su propósito de amor. Israel ya ha comenzado a sentir la pérdida bajo las manos de Asiria. Israel construyó altares para expiar su pecado, pero terminó cometiendo más pecados. Cuando el pecador quiere enmendar sus pecados sin confesión y arrepentimiento, termina cayendo en otros delitos contra Dios. Aunque todo está escrito en la Palabra de Dios, el pueblo se ha apartado de Él de tal manera que ya no reconocen Sus Palabras. Dios no acepta la religiosidad del pueblo. Incluso Judá se apartó de Dios. Olvidaron a su Creador (v.8-14).
“[Con respecto a la iglesia] Aún quedan algunas preguntas vitales por responder. ¿Ofrece el programa un énfasis espiritual? ¿Eclipsa esto el único objetivo de la iglesia, la evangelización mundial (Mt 28,19-20)? ¿Es la oración evidencia de la vida de la iglesia o son las actividades de la iglesia? ¿Qué importancia tiene el Cristo viviente, el reconocimiento de su presencia y la esperanza bienaventurada? No importa cuán efectiva sea la organización, cuán hermosas sean las oficinas, cuán grande sea la membresía, cuán espaciosos sean los edificios, las primeras cosas son las que deben guardarse primero. ¿Cuál es el beneficio si nuestros esfuerzos no son tan exitosos como los de la iglesia apostólica en toda su sencillez? "[1]
[1] Biblioteca Sacra, pg, 386-7 – John Henry Bennetch (Dallas Theological Seminary – vol. 106 nr. 424 – Nov-Dez 1949)
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