Capítulo 6: Cooperadores de Dios. Yugo con incrédulos
1. La gracia de Dios es un regalo, pero si alguien intenta pagar por el regalo, el regalo pierde su efecto. Es una ofensa tratar de pagar un regalo. El rescate de Jesús por nosotros fue gratuito. La forma de servir a Dios hoy es a través de un constreñimiento por el amor de Cristo y no una deuda a pagar. Debemos animar a nuestros hermanos en Cristo a vivir bajo la gracia y no poner sobre ellos la carga del legalismo, ya que esto sería una piedra de tropiezo para los hermanos en Cristo (v.1-3).
2. El colaborador de Dios se recomienda a sí mismo en el ministerio con grandes dificultades (v.4-10).
Las dificultades, virtudes y privilegios del colaborador de Dios
Mucha perseverancia, aflicciones, necesidades, angustias, azotes, cárceles, disturbios, labores, vigilias, ayunos, pureza, ciencia, longanimidad, bondad, Espíritu Santo, amor sincero, palabra de verdad, poder de Dios, armas de justicia a diestra y siniestra, honor y deshonra, mala fama y buena fama; como engañador, pero veraz; como desconocido, pero bien conocido; como quien muere, y he aquí, vive; como castigado, pero no asesinado; como entristecido pero siempre regocijado; como pobre, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo. |
3. Pablo siempre fue abierto con los corintios y como un intercambio justo deberían abrirse con él. Desafortunadamente, los corintios estaban cerrados a Pablo. La relación debe ser la de padre e hijos, sin embargo, sabemos que algunas familias carecen de diálogo. Eso hace que una familia sea disfuncional. Las familias de este tipo carecen de gozo, cuidado, compañerismo y crecimiento (v.11-13).
4. Creyente con incrédulo es como luz y tinieblas, justicia e injusticia, Cristo y Belial, templo de Dios e ídolos. Si bien el creyente debe ser amigo de los incrédulos provocándoles simpatía, debe mantener una separación de conducta y mentalidad. El mundo no puede ofrecer al creyente lo que el creyente debe ofrecer al mundo. Dios exige santidad y exclusividad (v.14-18).
“La palabra acuerdo (sunkatathesis) culmina las cuatro palabras precedentes que Pablo usa para expresar la unión pecaminosa entre los hijos de Dios y los hijos del diablo. Esta palabra sugiere un vínculo comprensivo entre la mente y la voluntad en un plano mutuamente acordado. El templo (naos) es la parte interior del santuario (como en I Cor. 3:16, 17; 6:19, 20). En tiempos de apostasía, se practicaban abominaciones en el lugar santo (véase 2 Reyes 21: 7; 23: 6, 7; Ezequiel 6: 3-18)”.[1]
[1] Comentário Bíblico Moody – 2 Co 6.16 (Editado por Charles F. Pfeiffer – Imprensa Batista Regular 4ª impressão 2001)
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