miércoles, 7 de marzo de 2018

¡Arrancamos!

¡Arrancamos!




¿Te gusta comenzar actividades nuevas? Yo sí. Uno arranca con mucho entusiasmo. Hasta la escuela, y el regreso a “otro” año más de estudios, es como por obra de magia que los chicos están ¡contentos! de volver a las aulas. Pero, ¿cómo se hace para mantener ese entusiasmo todo el año?



Sucede con proyectos, con amistades, ¡UY!, y con los matrimonios también. El comienzo es como la caldera en su punto de ebullición, que chifla a todo lo que da, pero cuando se apaga el fuego, lentamente se va silenciando. ¿Qué pasó?



Esto es lo que sintió Jesús. Apocalipsis 2 describe la iglesia, ese conjunto de personas que se dieron cuenta de su mal camino, se arrepintieron, aceptaron a Jesús, confiando en su muerte por ellos en la cruz, y ¡wow! qué amor, qué paz, qué ganas de hablar a todos acerca de su maravilloso Salvador. Hasta se les iluminan los ojos con un nuevo brillo, todo parece más lindo, sí, ¡parecen estar enamorados! Y es así, aman como nunca antes a Jesús. Pero también, como con tantos proyectos y amistades, el tiempo, la rutina, el acostumbramiento va opacando esa alegría. Llega el momento incluso cuando dejamos entrar algún “intruso”, alguna “aventura”, que peligra romper eso precioso que vivimos.



¡Cuántos sueños rotos, amistades enfriadas, matrimonios disueltos, cristianos desanimados - y lágrimas derramadas! Cierto, pagamos caro, emocionalmente, por nuestros descuidos; sí, ¡simple descuido! Por eso Jesús exhortó a la iglesia A VOLVER A SU PRIMER AMOR.



Es hora de arrancar de nuevo, sentir ganas por aquello – tal vez por Jesús - que hayas descuidado. Tal vez ya no podemos volver al liceo, ni a alguna relación perdida, pero a Jesús, ¡sí! El dice en Apocalipsis 3:20: <<Estoy a la puerta y llamo. El que oye mi voz y abre la puerta, ENTRARE A EL>>.

Por Ken Russell

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