Capítulo
12: La llamada de Abram y su viaje a Egipto
1. El viaje de Abram fue uno de los más
impresionantes de la Biblia. No por los peligros, las aventuras o la distancia,
sino por la falta de conocimiento previo que tenía el viajero. Fue una misión,
sin duda. Abram vivió en un lugar lleno de abundancia y rodeado de familia, y
estas son las dos condiciones que más detienen a las personas a obedecer a
Dios. Ur de los caldeos era una ciudad en la región mesopotámica. Los
descendientes de Sem, el hijo de Noé vivían en esa tierra, sin embargo el
pueblo se volcó a la idolatría. Abram está siendo invitado por Dios para que
abandone la idolatría y siga la fe de sus padres: Noé, Sem, Arfaxad y Taré.
Para seguir la fe de los antiguos, él debía abandonar esa tierra idólatra y
pasar a otra tierra, no diferente en idolatría, pero Dios había dispuesto todo
para el comienzo de un pueblo misionero (v.1).
“Dios
escogió a Abraham y lo separó de entre sus vecinos idólatras, para reservar un
pueblo para él, en medio del cual se
mantuviese la verdadera adoración hasta la venida de Cristo. A partir de este
momento, Abraham y su descendencia se convierten prácticamente en el único tema
en la historia bíblica ".[1]
2. Hay una promesa de bendición para la familia
que quiera seguir el padrón de Dios en la misión, pero desafortunadamente no
todas las familias quieren seguir este camino. No significa que todas las
familias deben dejar a sus familiares e irse a una agencia misionera o campo
misionero lejos de ellos, pero Dios quiere despertar a las familias al
verdadero significado de la Iglesia, que es ser una bendición en este mundo, no
solo en su pequeño rincón, sino siendo una agencia que envía misioneros a
rincones lejanos.
3. En el caso de la familia de Abram, que
en ese momento eran solo él, Sarai y Lot, Dios les estaba pidiendo que
siguieran, por fe, un camino diferente a aquel al que estaban acostumbrados.
Hay promesas de bendición para Abram y para las familias que siguen el padrón
de una familia misionera.
4. De Abram y Sarai surgiría una gran
nación. La nación, como todos sabemos, es Israel. Es una gran nación. Un mínimo
de judíos vive en Israel. En el mundo hay judíos, incluidos los que tienen esa ascendencia
y no lo saben. En Brasil se nos enseña que somos una mezcla de indios, blancos
y negros, pero omitimos el hecho de que muchos portugueses son de origen judío,
expulsados de Portugal. Por lo tanto, una promesa se cumplió, que fue la
formación de una gran nación (v.2).
5. La otra promesa fue de bendición, en
la cual la riqueza debe estar involucrada. Abram y sus descendientes siempre
fueron muy prósperos. En todas las diásporas de los judíos, fueron robados.
Hasta el día de hoy, intentan devolver a los judíos sus pertenencias saqueadas
en la Segunda Guerra Mundial (v.2).
6. El nombre de Abram sería engrandecido.
Esto ciertamente sucedió porque los judíos son hijos de Abram. La Iglesia misma
es consecuencia de este padre, ya que todos los que creen en Cristo Jesús son
llamados hijos de Abraham, el padre de la fe (v.2).
7. Una familia bendecida, sin duda. El
padrón de Dios es bendecir a aquellos que son obedientes a Él. Las familias que
participan en misiones serán bendecidas de muchas maneras. Los hijos de los
misioneros son especiales en bendiciones intelectuales y están llenos de
oportunidades, basta consultar con misioneros y agencias misioneras. Pero Dios
no se limita a las misiones como institución. Él está decidido a bendecir a las
familias que oran, contribuyen y están dispuestas a alentar a sus hijos a
participar en el trabajo misionero, incluso ir a los campos. Hay una promesa de
bendición.
8. El pueblo de Israel siempre ha tenido
una protección especial de Dios. No hay manera de erradicar esta nación. Otras
naciones han sido borradas del mapa, pero nunca Israel. Al igual que con Balaam
y Balac, Dios se vengará de sus enemigos (v.3).
Las
profundas promesas de
Dios
a Abram (Gen 12: 1-3)
1.La tierra (v.1)
2.La nación (v.2)
3.El nombre (v.2)
4. La bendición (v.3)
5. La familia universal (v.3)
9. Otro padrón de una familia misionera
es ser obediente. Abram actuó por fe, porque ni siquiera sabía qué le esperaba,
pero como fue Dios quien lo llamó, eso fue suficiente. Es difícil decir con
certeza que Lot no debería haberse ido, porque la Biblia no lo dice. Abraham es
el padre de la fe y no de la desobediencia. Lot fue justo y se lamentó por los
habitantes de Sodoma y sus pecados. La discusión no fue entre Lot y Abraham,
sino entre sus pastores. No sabemos si Lot vivió con Abraham, porque si es así,
él estaba llevando su casa, porque llevó a los esclavos y nunca dijimos que
esto estuvo mal (v.4-5).
10. Una familia misionera siempre está
orando por los misioneros. Si Dios pide a toda la familia que lo sirva a tiempo
completo, el padre de la familia debe ir. Si algún hijo es pedido, los padres
deben liberarlos para servir al Señor. Mientras tanto, todos deberían estar
alerta. Abram no era joven, tenía 75 años. Nunca es demasiado tarde para
obedecer al Señor (v.4-5).
11. Estas son las normas de Dios para las
familias que aman su obra. Él promete bendiciones y exige obediencia. Otro
patrón que acompaña a estos dos es la adoración. Mientras la familia está
caminando, recibiendo bendiciones y obedeciendo, debe adorar a Dios,
confirmando su fe, mientras que Dios confirma su amor y cuidado (v.6-7).
12. Abram llegó a la región más tarde
conocida como Samaria. La mujer samaritana tenía base cuando dijo que sus
padres adoraban en ese monte, porque Abram adoraba en Siquem. Las familias
siempre deben adorar, no solo una vez. Abram continuó y también adoró en Betel.
Continuó hacia el sur y se acercó a Egipto, atravesando así toda la extensión
de Canaán. El trabajo misionero no se limita a una ciudad o a un pueblo. El
mundo entero debe estar en nuestras oraciones familiares. Debemos levantar
altares en nuestros hogares, no altares de idolatría, sino momentos importantes
de adoración y oración por la obra misionera (v.8-9).
13. El padrón de Dios es claro. Él llama
a las familias a la obra misionera, las bendice, y por lo tanto exige
obediencia y perseverancia en la adoración. La participación en el trabajo
misionero no es solo una bonita acción
de algunas familias, sino un compromiso de adorar a Dios por completo,
aunque la mayoría de las familias nunca alcanzarán un campo misionero lejano.
Dios no quiere que todos los creyentes sean misioneros de tiempo completo en
una tierra lejana, pero sí quiere que todas las familias en la Iglesia apoyen
el trabajo misionero orando, contribuyendo y participando de tantas maneras como
el Señor los guíe, incluso ofreciendo a sus hijos para conocer y entregarse a
la obra misionera.
Preparativos para el viaje de Abram (Gen. 12: 4-9)
1.Sobrino (v.4)
2. Familia y bienes (v.5)
3.Residentes locales (v.6)
4.Altar (v.7)
5. Residencia temporal (v.8)
6.Mudanza (v.9)
14. Abram, a causa de la hambruna, buscó
alternativas para su propio sustento en Egipto. Él y Sarai se previnieron de un
posible deseo de Faraón por Sarai. Usó la mentira, o media verdad, para
protegerse. Faraón fue castigado por Dios, aunque no tuvo relaciones sexuales
con la esposa de Abram. Faraón envió a Abram y Sarai lejos. Fueron, pero se
llevaron las riquezas que obtuvieron en Egipto (v.10-20).
Cuando la luz es opacada por las mentiras (Gn. 12:
10-20)
1. La mentira tiene que ver con la
protección (v.10-13)
2. La mentira logra resultados temporales
(v.14-16).
3. Las mentiras dañan a quienes tenemos
que bendecir (v.17-20)
[1] Comentário
Bíblico de Matthew Henry pg.44 (Casa
Publicadora das Assembleias de Deus - 3ª Edição - 2003)
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