Capítulo
30: Los niños y las manadas de Jacob.
1. No tener hijos ya era difícil, pero
vivir con la otra esposa del marido, la cual tiene hijos, es insoportable. La
paciencia de Jacob se terminó con la mujer que más amaba, Raquel. Para aliviar
el sufrimiento de Raquel, Jacob tuvo un hijo para ella a través de su sierva
Bilha. Se convirtió en un asunto de lucha personal de Raquel contra Lea. Por
supuesto, Lea tenía la ventaja, ya que los niños eran de su propio vientre,
mientras que Raquel usaba a Bilha para engendrar a los hijos de Jacob. Lea aceptó
el desafío y, como ya no podía tener hijos, usó a su sierva Zilpa para
engendrar hijos para Jacob. Los nombres de los niños fueron elegidos de acuerdo
con la situación que se daba en el parto o al estado emocional de la madre
(v.1-13).
2. Se creía que los frutos de esta
planta, mandrágora, de la familia de la papa, despertaban el deseo sexual y
ayudaban a una mujer a tener hijos (Cant 7.13). La raíz de la mandrágora se
asemeja al cuerpo humano. Raquel quería el fruto con la esperanza, en realidad
una superstición, de que quedaría embarazada de Jacob. Jacob prefería a Raquel,
pero estaba dispuesta a cambiar la noche con Jacob por las mandrágoras de Lea.
Aunque Lea no era estéril, ya no tenía hijos. Sin embargo, ella quedó
embarazada. Debido a que ella le dio más hijos a Jacob, pensó que Jacob la
querría más (v.14-21).
3. Finalmente, Rachel quedó embarazada, por la bondad de Dios y no
por las mandrágoras. Jacob pensó que ya era hora de regresar a su tierra, por
eso, reclamó a Labán sus derechos para ir con todo lo que le pertenecía. Labán
vio la mano de Dios en la vida de Jacob y no quería él que se fuera. Parece que
Jacob no trabajó por un salario sino por sus mujeres y por la producción de
ganado. Habí llegado el momento de que Jacob viva más para su familia de forma
independiente. Jacob propuso que todas de cabras salpicadas de color y todas las ovejas oscuras serían de él y todas
las otras de Labán. Jacob estaba proponiendo que la mayor parte del rebaño se
quedara con Labán. Es difícil saber a qué hijos se refiere en el verso 35, si a los de Labán o a los de
Jacob. No hay una explicación científica en las varas rayadas
influenciando en la genética. El rebaño bebía agua y al ver las varas, querían
copular. Había superstición, no genética, pero Dios estaba controlando la
reproducción para beneficiar a Jacob. Esto no justifica a Jacob por volver a su
antigua práctica: engañar a las personas para beneficiarse (v.22-43).
“Por
favor, no te pierdas este maravilloso principio de nuestro amable Padre celestial.
Tu corazón amoroso nos buscará y nos perseguirá hasta que nos encuentres. Así
es exactamente cómo me trató Dios. Un día, yo estaba esperando que él dijera:
'¡Basta!' Y me castigaría severamente. Estaba esperando que el martillo de la
justicia de Dios cayera sobre mí, o tal vez su espada. Más bien, me sorprendió
con su tierno amor y misericordia. No estaba preparado para ello y su gracia
rompió mi corazón ".[1]
Cambios
(Gen 30)
1. Cambio de esterilidad por niños
(v.1-26)
2. Cambio de injusticia por trabajo
(v.27-36)
3. Cambio de la servidumbre por señorío
(v.37-43)
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