lunes, 29 de julio de 2019

Génesis 31


Capítulo 31: La despedida de Jacob y familia de la casa de Labán

1. Los conflictos surgieron cuando los hijos de Labán se sintieron agraviados por Jacob, quien pronto notó la desaprobación evidente en la expresión de Labán hacia él. Es hora de que Jacob busque la guía del Señor en otro lugar. Jacob comparte sus preocupaciones con Raquel y Lea, revelando que el padre de ellas estaba intentando perjudicarlo. No podemos afirmar con certeza que Jacob fue engañado exactamente diez veces por Labán, ya que ese número se emplea de manera simbólica para denotar intensidad o frecuencia en las Escrituras (Génesis 31:41, Núm. 14:22, Ne 4:12 y Job 19:3). Jacob llega a comprender que la mano de Dios está bendiciendo su rebaño (v. 1-13).

2. Las hijas de Labán se sintieron perjudicadas directamente por su padre, quien les arrebató su herencia. Por eso, al salir con los rebaños que Dios le dio a Jacob, no percibieron que estaban robando nada. Cuando Labán se ausentó al campo, Jacob aprovechó la oportunidad para abandonar su casa. El uso común de terafines, como ídolos domésticos, revela una inclinación supersticiosa en el corazón de Raquel, quien ahora quería llevar el ídolo de la suerte en su equipaje.

Labán persiguió a Jacob, pero Dios le advirtió que no peleara con él. En un arrebato demagógico, Labán acusó a Jacob de marcharse con sus hijas sin esperar una festividad de despedida. Aunque los ídolos son vergonzosos para las familias, esto no justifica el robo de Raquel. Ella lo ocultó en la silla del camello, indicando que estaba sentada sobre el terafín (ídolo). Labán revisó el campamento, y Raquel se excusó alegando estar en sus días menstruales, por lo que no podía levantarse. Jacob estaba convencido de su inocencia, pero desconocía que Raquel había robado los ídolos.

En esta ocasión, Jacob no estaba engañando a Labán. Aunque Jacob era conocido por sus artimañas, nadie podía acusarlo de ser perezoso. Trabajó arduamente para Labán y soportó el perjuicio, que Dios finalmente transformó en beneficio. Después del pacto de paz y privacidad mutua, Jacob y Labán se despidieron. Dios guiaba la vida de Jacob en cumplimiento de las promesas hechas a su abuelo Abraham (v. 14-55).

“El pacto abrahámico fue declarado y reiterado, incluyendo promesas individuales dirigidas a Abraham acerca de su propia persona, su descendencia, y la posesión de la tierra que le fue prometida. Todas las promesas posteriores dentro de este pacto constituyen repeticiones, expansiones y aclaraciones de las cláusulas originales otorgadas a través de Abraham a la nación. Estas establecen ciertas promesas y esperanzas para el futuro.".[1]


Un plan completamente orquestado por Dios (Génesis 31):

1. Regreso a la propia tierra (v. 1-21).
2. Cese de la persecución (v. 22-42).
3. Reconciliación del conflicto (v. 43-55).


[1] Things to come, 534 – J. Dwight Pentecost (Zondervan – Grand Rapids MI – EUA – 22ª impr. 1982)


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