Capítulo
39: José en la casa de Potifar y luego en la prisión
1. José sufre la humillación de ser
tratado como una mercancía. Sin embargo, en la casa de Potifar, José creció de
muchas maneras. Ciertamente, desarrolló un buen físico, buenos modales,
estudios egipcios, perspicacia militar y habilidad comercial. El mismo Potifar,
oficial de Faraón, vio el desarrollo de José y reconoció que el Dios de Israel,
aún desconocido para los egipcios, estaba con él. José ganó la plena confianza
de Potifar. Como Dios estaba bendiciendo a José, Potifar también fue bendecido por
estar involucrado con él. El creyente es un canal de bendiciones para aquellos
que estén cerca de él. José ni siquiera era supervisado por Potifar, tal era la
confianza en él. El texto enfatiza el físico y la belleza de José, ya que a
continuación esto lo pone en grandes apuros (v. 1-6).
“Nuestros
enemigos pueden despojarnos de honores y adornos externos; Pero la sabiduría y
la gracia no se nos pueden quitar. Pueden separarnos de nuestros amigos,
parientes y nuestra patria, pero no pueden separarnos de la presencia del
Señor. Pueden separarnos de las bendiciones externas, robar nuestra libertad y
confinarnos en mazmorras, pero no pueden impedir nuestra comunión con Dios, ni
con el trono de su gracia, ni robarnos las bendiciones de la salvación. José
fue maravillosamente bendecido, incluso en la casa donde era esclavo. La
presencia de Dios con nosotros hace que todo lo que hagamos prospere. Los
hombres buenos son una bendición donde viven; los buenos siervos pueden serlo
aún si son detestados. La prosperidad de los impíos es, de una forma u otra, la
causa de los piadosos. Aquí una familia malvada ha sido bendecida por amor a su
buen siervo ".[1]
2. La esposa de Potifar acabó
apasionándose por José y lo invitó a tener relaciones sexuales. José podría ser
ridiculizado por la mentalidad del mundo e incluso visto como un homosexual,
pero era un hombre de carácter y temeroso de Dios. Él testificó a la mujer
sobre el Dios de Israel como la razón de su integridad y en segundo lugar por
su fidelidad a Potifar. Su insistencia nos recuerda la seducción del mundo para
derribar al creyente, y la perseverancia de José nos enseña cómo caminar en
este mundo sexista. José fue brutalmente acosado, pero tuvo la fuerza para
desenredarse de la lujuria. La fuerza de un hombre para escapar de tal
situación no está en su control sexual, pues eso no existe, sino en su mente
ejercitada en las cosas de Dios. Nuestra comunión diaria con Dios nos da
reservas para el día malo. La esposa de Potifar, con el orgullo herido, inventó
una historia que perjudicó al siervo de Dios, José. Tal vez José estuviese, en
sus pensamientos, luchando con su fe. ¿Será que vale la pena evitar los placeres
fáciles de este mundo para seguir a Dios y recibir vergüenza y prisión como
recompensa? Dios estaba preparando a José para lo que vendría después. El cayó
en gracia delante del carcelero e inclusive recibió responsabilidades en la
prisión. Dios estaba preparando a José para liderar (v.7-23).
Eliminando
el peligro de la caída (Gen 39)
1. Se elimina el peligro de la caída al
actuar fielmente ante Dios y los hombres (v. 1-6).
2. Se elimina el peligro de la caída
evitando situaciones comprometedoras (v.7-18).
3. Se elimina el peligro de la caída
confiando en el Señor aún siendo dañados (19-23)
[1] Comentário
Bíblico de Matthew Henry, pg. 105-106 – Matthew Henry (Casa Publicadora das Assembleias de Deus - 3ª Edição - 2003)
No hay comentarios:
Publicar un comentario