martes, 30 de julio de 2019

Génesis 38


Capítulo 38: El plan de Tamar para tener un descendiente de Judá

1. Judá, el hijo de Jacob, se erige como el ancestro directo de Jesucristo, perteneciente a la tribu de Judá. Esta genealogía adquiere una relevancia significativa en la historia de Israel y en el destino del Redentor. Judá contrajo matrimonio con una mujer cananea, con quien tuvo tres hijos: Er, Onán y Sela. Para Er, Judá buscó una esposa, Tamar. Sin embargo, debido a la maldad de Er, Dios lo llevó a la muerte. Ante la falta de descendencia de Tamar, Dios encomendó a Onán la tarea del levirato, asegurando así la continuidad de la descendencia de Judá. No obstante, Onán, renuente a cumplir con esta responsabilidad, interrumpió la relación sexual para evitar el embarazo de Tamar, utilizando un método claramente ineficaz. Como consecuencia de su desobediencia, Dios también lo castigó con la muerte (versículos 1-10).

2. Después de la pérdida de Er y Onán, solo quedaba Sela como posible continuador de la descendencia de Judá, pero aún era un niño. La esperanza de más hijos se desvanecía para Judá, ya que su esposa también había fallecido. La línea genealógica de Judá se veía amenazada. Ante esta situación, Tamar regresó a la casa de su padre, aguardando el crecimiento de Sela. A medida que los años transcurrían y Sela crecía, la prometida unión entre él y Tamar no se materializaba.

Enterada de que Judá se encontraba cerca, Tamar ideó un plan: simular ser una prostituta con el fin de tener relaciones con Judá y así asegurar la tan anhelada descendencia a través de su suegro. Tamar se aseguró de conservar el anillo, el cordón de la túnica y el báculo de Judá como pruebas para reclamar la paternidad del hijo por nacer.

Cuando Judá se enteró de que Tamar estaba embarazada, la consideró adúltera, ya que estaba prometida a Sela. Sin embargo, Tamar se salvó de ser condenada a muerte al demostrar su inocencia con los objetos guardados como prenda. Fue entonces cuando Judá reconoció su error al negar a Tamar como esposa para Sela, su hijo. Tamar dio a luz a gemelos, Fares y Zara, siendo Fares el primogénito y, por ende, el antecesor de Jesús. En el relato de Mateo, los gemelos son mencionados en relación con el nacimiento, destacando que Fares "tomó la iniciativa" sobre Zara y fue marcado con un cordón rojo, lo que lo designó como primogénito. En ese evangelio, también se mencionan los nombres de Fares y Zara (versículos 11-30).

“El cordón que se menciona en el relato aclara que el objeto designado como "anillo" no era realmente un anillo, sino más bien un sello, probablemente de forma cilíndrica y que se llevaba colgado al cuello como parte de la indumentaria de un hombre de posición. Además, el término "cayado", a menudo elaboradamente tallado, también era un distintivo distintivo que identificaba a su propietario. ".[1]

Obstáculos para la confianza (Gen. 38)
1. No cumplir con el compromiso (v.1-11)
2. Vivir de forma irresponsable (v.12-23)
3. Actuar con hipocresía (v.24-30)


[1] Gênesis – Introdução e Comentário, pg.175 – Derek Kidner (Edições Vida Nova – São Paulo – SP – 1ª ed. 1979, reimpressão 2001)


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