martes, 6 de agosto de 2019

Éxodo 1


Capítulo 1: Sufrimiento y peligro

1. La familia de Jacob estaba protegida del hambre y tenía tierras para residir en Egipto. Esa tierra era temporal para la familia, porque Dios los quería en la tierra de Canaán. Pero Canaán era un lugar peligroso en este momento. El plan de Dios aún no era comprensible, pero pasarían muchas cosas hasta que se establecieran, nuevamente, en la tierra prometida. Dios bendijo y multiplicó la familia de Jacob. Con la ausencia de José y la muerte de Faraón, surgieron otros soberanos en Egipto. La desconfianza y el miedo del nuevo faraón hicieron que él y sus oficiales impusiesen mucho trabajo sobre los israelitas. En la mente del faraón, ocupados con el trabajo, se debilitarían. Pero incluso en medio del sufrimiento, el pueblo creció en número. El sufrimiento prolongado puede amargar la vida y eso es lo que le sucedió con el pueblo. La nación de Israel soportaba mucho trabajo duro y maltrato. (v. 1-14).

2. La nación estaba en peligro de extinción con la nueva decisión de Faraón. Él ordenó a las parteras hebreas que no dejasen vivir a los niños, solo a las niñas. Esto contribuiría a dos propósitos. Primero, los hebreos no tendrían guerreros, y además, las mujeres serían tomadas por esposas y fortalecerían a los egipcios, ya que las hebreas eran fuertes y fructíferas. Las parteras no traicionaron a su Dios ni a su pueblo. Es curioso que muchos hoy verían la crueldad del faraón, pero no ven que el aborto no es diferente de esto y quizás incluso peor, porque es la propia madre asesinando a su propio hijo. Nuestra sociedad también pone a los bebés en peligro. Alguien ha dicho que el lugar más peligroso para vivir hoy es en el útero de una madre. Por supuesto, esta frase es una exageración, pero es un intento de denunciar el peligro de aborto cada vez mayor aceptado por la sociedad como una opción normal. El peligro era grande, pero Dios protegió a los bebés y la nación se fortaleció. Faraón hizo un llamamiento a las personas con un discurso ardiente de auto conservación. Él ordenó a la gente que arrojara a todos los niños hebreos al río. Años más tarde, Herodes haría lo mismo, matando a los niños menores de dos años para matar a Jesús, el rey de los judíos (v.15-22).

"El obispo de Córdoba [España], monseñor Demetrio Fernández, dijo que con la propagación del aborto y los miles de asesinatos de niños no nacidos, el útero materno" se ha convertido en el lugar más peligroso para la supervivencia ".[1]

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