sábado, 7 de septiembre de 2019

Números 12


Capítulo 12: Rebelión contra el liderazgo debido a la envidia entre hermanos

1. Seguramente María y Aarón tenían razón en no estar de acuerdo con que Moisés  tomase una esposa extranjera (Cusita, de Egipto), además de la que ya tenía. Sin embargo, la forma en que trataron el tema los hizo culpables de rebelión. A veces las personas, aún teniendo la razón, cometen errores sobre la forma grotesca en la que tratan los asuntos, haciéndoles perder sus argumentos. No les preocupaba tanto someterse a Dios y a Moisés, como deseaban una posición de liderazgo sobre el pueblo. Es común que las personas que desean poder sobre otros se justifiquen en los errores de las personas acusadas. Resulta que los hermanos estaban celosos y luchaban contra Dios mismo. Moisés tenía un corazón paciente y ciertamente indulgente, por lo que no continuaría con el asunto. Pero Dios llevaría el asunto adelante y convocaría a los tres hermanos delante de Él. El Señor dejó muy claro que Moisés era el elegido de Dios para representarlo ante el pueblo. Dios solo habló íntimamente con Moisés. Dios consideraba a Moisés un hombre fiel, no perfecto. Fue muy audaz por parte de María y Aarón confrontar la autoridad de Moisés (v.1-8).

2. Dios derramó su ira sobre los hermanos rebeldes. Parece que Miriam
 dirigió la rebelión. Tenga en cuenta que el capítulo comienza con su nombre. Solo ella quedó leprosa. En los movimientos rebeldes siempre hay una cabecilla. Moisés tuvo compasión de su hermana, pero él mismo se sintió culpable por esta situación. María estaba desfigurada con la piel leprosa. Moisés le rogó a Dios que la sanara. Entre los hermanos de sangre o de fe no debe haber rencor y venganza, sino perdón. Dios le ordenó que permaneciera recluida fuera del campamento durante siete días. Él podía sanarla y restaurarla a la comunión de inmediato, pero le dio tiempo para reflexionar sobre la locura de la rebelión contra el liderazgo instituido por Dios. Este incidente retrasó que el pueblo se fuera a otra región. La rebelión retrasa la obra de Dios y afecta a todos. También hemos aprendido que aunque Dios use mucho a alguien, como lo hizo con María, protegiendo a Moisés cuando era un bebé, la misma persona puede caer en su carácter corrupto. Para tales deslices siempre hay perdón, por lo que se necesita un humilde reconocimiento (v.9-16).

“Así, recordamos que Dios, al mostrar misericordia, no ignora el gobierno instituido. Si Él lo hace así, deberíamos aprender a juzgar adecuadamente nuestras acciones pecaminosas y ejercitarnos para evitar repetir los mismos errores ".[1]

Las paradojas de la rebeldía (Núm. 12)
1. La rebeldía está cubierta de razón, pero solo empeora las cosas por razones egoístas (v.1-2)
2. La rebeldía es impaciente, pero casi siempre encuentra un opuesto (v.3)
3. La rebeldía quiere satisfacción, pero nunca hablar con Dios (v.4-5)
4. La rebeldía quiere ser mejor, pero no califica fielmente para ello (v.6-8)
5. La rebeldía quiere dañar al líder, pero termina siendo perjudicada (v.9-10)
6. La rebeldía no tiene piedad, pero depende del perdón del líder (v.11-13)
7. La rebeldía tiene prisa, pero termina retrasando todo el trabajo (v.14-16)


[1] Comments on the book of Numbers – Leslie M. Grant (biblecentre.org)


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