Capítulo
30: Los votos
“Esta sección aclara el importante principio de que no se deben considerar las obligaciones autoimpuestas como más importantes que las tareas dadas por Dios. En ocasiones, un niño piadoso puede hacer un voto insensato a Dios. Con el tiempo, esa persona puede darse cuenta de que ese voto está obstaculizando su obediencia al Señor. En tales casos, la obediencia a Dios no debe quedar supeditada al mantenimiento del voto. ".[1]
“Bajo la ley, a las personas se les permitía hacer votos por lo que podrían hacer en el futuro mientras estaban bajo prueba debajo de la ley. Sin embargo, este tiempo de prueba para Israel, que es un ejemplo de toda la humanidad, ha demostrado que la humanidad no es confiable con respecto al cumplimiento de sus promesas. Por lo tanto, Jesús, en Mateo 5: 33-37, habló sobre votos y juramentos. En el cristianismo, los votos no tienen lugar. Solo hay Uno que cumplió perfectamente Sus votos, como dice el Señor Jesús en el Salmo 116: 18: "Cumpliré mis votos al Señor en presencia de todo Su pueblo". El Señor pagó Sus votos en el Calvario y descansamos en la verdad absoluta de su palabra que no puede fallar, en lugar de descansar en nuestra propia confiabilidad. ".[2]
1. No debemos perdernos en promesas vacías, ya que sabemos que no siempre podemos cumplir nuestras palabras. Por ejemplo, mantener un programa riguroso de lectura de la Biblia puede convertirse en una carga innecesaria, ya que la lectura sistemática fue sugerida por los hombres, no por Dios. Otro ejemplo son los votos matrimoniales; aunque la ceremonia es significativa, reconocemos que estos votos deben ser vistos como una petición de misericordia del Señor para ayudarnos a confiar en Él y mantener nuestro matrimonio, ya que solo Su gracia puede hacerlo posible, no nuestras promesas en el altar. No necesitamos cargar con fardos innecesarios, ya que en algún momento del viaje requeriremos la gracia del Señor para liberarnos de nuestras propias limitaciones. La promesa de convertirnos en mejores personas con nuestros cuerpos caídos en el pecado es inútil. Cuando seamos transformados de cuerpos mortales a inmortales, no necesitaremos hacer promesas, ya que obedecer al Señor será un deleite. En resumen, en nuestra condición actual no podemos hacer promesas y cumplirlas; en la gloria, no necesitaremos hacer promesas.
2. El texto aborda la validez de los votos de los hombres, las mujeres solteras y casadas, los padres de las doncellas, y los votos de las viudas y divorciadas (v. 1-16).
Los
votos [3](Núm
30)
1. El voto implica compromiso, consagración, entrega y devoción.
2. El voto es una autoimposición, sacrificio personal y autodisciplina para mejorar el carácter y la devoción.
3. El voto puede ser un simple trueque donde prometo algo y Dios me recompensa por mi justicia.
4. El voto de Nazareato se repite hoy cuando las madres no cortan el cabello de sus hijos.
5. Los votos insensatos no fueron tomados en cuenta en el Antiguo Testamento. Ejemplos: el voto de Saúl (no comer miel) y el de Jefté (matar al primero que entrara por la puerta).
6. Algunos dicen que hacer un voto es comprometerse a hacer algo, mientras que un juramento es comprometerse a no hacer algo.
7. Los votos podrían ser precipitados (Eclesiastés 5:5-6 y Proverbios 20:25).
8. Algunos sugieren que los votos pueden ser invalidados mediante una oración (koi nidre) en el día de la expiación (invento judío y no un mandato de Dios).
9. El voto malvado era el voto de Corbán (Mateo 15:3-9, descuidar a los padres para darle dinero a Dios).
10. Los votos son muy débiles en comparación con la dedicación cristiana (Mateo 22:37-38).
11. Los votos legales han demostrado que la humanidad no es confiable con respecto al cumplimiento de sus promesas.
12. Los votos fueron mencionados por Jesús y debemos escucharlo hoy (Mateo 5:33-37).
13. Los votos no tienen lugar en el cristianismo (Leslie M. Grant).
14. Solo Jesús cumplió perfectamente los votos, como se muestra en Salmo 116:18 (Leslie M. Grant).
15. Se cumplieron votos valiosos en el Calvario y descansamos en la verdad absoluta de Su palabra que no puede fallar, en lugar de confiar en nuestra propia confiabilidad (Leslie M. Grant).
16. Los votos del plan de lectura de la Biblia pueden convertirse en una carga que Dios no nos ha impuesto, sino que seguimos las sugerencias de los hombres.
17. Los votos matrimoniales deben considerarse como una solicitud de misericordia del Señor para ayudarnos a confiar en Él para mantener ese matrimonio, ya que solo Su gracia en nuestros hogares puede hacerlo posible y no nuestras promesas en el altar.
18. Los votos de hoy no son aconsejables, ya que no podemos hacer promesas y cumplirlas.
19. Los votos en gloria no serán necesarios, ya que no tendremos que hacer promesas.
20. Los votos humanos son imperfectos e innecesarios. No confíes en las promesas que le haces a Dios. Confía en las promesas que Él hace, porque las cumple para nuestro bien.
[3] Algunas
notas son de la Enciclopédia de Bíblia,
Teologia e Filosofia (6 volumes), vol. 6, pg. 689-690 – Russell Norman Champlin
e Pastor João Marques Bentes – 1991 – 4a edição 1997 – Editora e Distribuidora
Candeia
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