martes, 3 de septiembre de 2019

Números 8


Capítulo 8: Consagración de Sacerdotes

1. Las lámparas del Tabernáculo siempre se mantuvieron en excelente estado, ya que la luz debía brillar en el ambiente interior, demostrando que Dios es la luz del pueblo y que con el Señor como guía, nunca quedarían sin dirección. Jesús es la luz del mundo. El pecador, en su estado de miseria y oscuridad, tiene un faro que lo lleva al puerto seguro del alma. Él mismo (v. 1-4).

2. Los sacerdotes servían en el tabernáculo, pero primero necesitaban ser consagrados. Lo hacían así de acuerdo con las instrucciones que Moisés había recibido directamente de Dios. También aquellos que trabajamos directamente en algún servicio en la obra de Dios, especialmente al liderar un rebaño, debemos consagrarnos a Él, manteniendo una conducta diaria ejemplar. Los sacerdotes tenían un período de trabajo de 25 a 50 años. Se jubilaban, pero no necesariamente quedaban sin actividad, ya que servirían como incentivo y ayuda para los más jóvenes. La faja etaria de la vida activa en nuestra sociedad ha aumentado considerablemente. Sin embargo, esto no significa que los creyentes sean más productivos en la obra de Dios, ya que atender al bienestar familiar, los asuntos financieros, el tiempo libre y otras actividades nos han restado bastante tiempo (v.5-26).

“Todos los que esperan participar de los privilegios del tabernáculo, deben estar resueltos a hacer el servicio del tabernáculo. Mientras por una parte, ninguna de las criaturas de Dios necesariamente es su siervo, Él no necesita el servicio de ninguna de ellas; por otra parte, nadie es siervo honorario que nada hace. Dios emplea a todos los que le pertenecen; los mismos ángeles tienen sus servicios.".[1]



[1] Comentário Bíblico de Matthew Henry pg.11 (Casa Publicadora das Assembleias de Deus - 3ª Edição - 2003)

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