Sabiduría.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Proverbios 4:7
Proverbios 4:7
Odín es el personaje principal de la mitología nórdica, dios de la sabiduría, la guerra y la muerte. Es tuerto porque según la leyenda, se aventuró hasta el pozo de Mimir en que se encontraba la fuente de la sabiduría. Quien la custodiaba le exigió que sacrificara su ojo izquierdo para beber del pozo y así obtener la sabiduría que deseaba. Y pagó.
En contraste con la que costó “un ojo de la cara”, la sabiduría divina es gratuita, ilimitada y accesible. Tiene el potencial de hacer dichosos a quienes la practican. No se trata de inteligencia, instrucción académica, o conocimiento profundo de algún asunto. Consiste sencillamente en aplicar lo que se sabe de la Biblia a la vida cotidiana, para vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.
La Biblia propone que busquemos esa sabiduría y la demostremos en la práctica. Celos amargos, contención y peleas son fruto de una sabiduría “terrenal, animal y diabólica”. Pero la sabiduría divina se muestra en “sabia mansedumbre”, en paz interior, relaciones saludables con Dios y los demás.
Aunque para el estándar del sistema seamos “lo necio del mundo”, fuimos escogidos por Dios “para avergonzar a los sabios”, para que mostrase por la iglesia su multiforme sabiduría. En Jesucristo están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento. Para adquirirla hay que conocerlo a él.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová. Proverbios 1:7
Por Pablo D. López
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