jueves, 9 de julio de 2020

Ester 8

Capítulo 8: un nuevo decreto del rey

1. Amán, que quería el botín de los judíos, terminó siendo ahorcado y dejando un botín para Esther. La autoridad de Amán, incluido el anillo del rey, quedó para Mardoqueo. Ester también honró a Mardoqueo al ponerlo sobre su casa como mayordomo. Sin embargo, Ester todavía no estaba del todo contenta, ya que el decreto sobre el asesinato de los judíos continuaba vigente y se acercaba el día, que sería el 13 de adar (el mes 12, ver Est 3:7,12-13). Ella le pidió al rey que revoque el decreto, porque después de todo, el pueblo judío era su pueblo. ¡Cuántas cosas nos gustaría haber revocado! Nuestros pecados pasados, por ejemplo. ¡El hecho es que Cristo Jesús los anuló clavándolos en la cruz! Sin embargo, fueron cometidos y eso no cambia el hecho, cambia el dominio que tenían sobre nosotros. Gracias a nuestro bendito Salvador, el que cree es perdonado. Cuidado con la enseñanza sobre "perdonarte a ti mismo". No hay tal enseñanza en las escrituras. Es otra forma de exaltar nuestro orgullo con una apariencia espiritual. Nunca podríamos perdonarnos a nosotros mismos, solo Dios puede perdonar los pecados. Él ya ha hecho esto en Cristo Jesús, solo debemos aceptar el perdón que recibimos al creer en Él (v.1-6).

2. El rey dijo que ya se había hecho bastante por los judíos al colgar a Amán, pero, los decretos del rey de Persia no podían ser revocados. Sin embargo, era posible promulgar nuevos decretos. Así fue. Faltaban nueve meses para la matanza de los judíos, según el decreto. Se emitió un nuevo decreto para las 127 provincias. Los jinetes, en caballos veloces, fueron puestos a disposición para enviar el edicto real a todas las provincias[1]. El nuevo decreto no reemplazó al anterior, sin embargo, les dio a los judíos permiso para defenderse y matar a cualquier grupo que intentara matarlos y despojarlos. El decreto entraría en vigencia el mismo día que el anterior, es decir, a los judíos no se les permitía matar antes de ser atacados, al igual que no podían atacar a los judíos antes del decreto. Dios nos libra de situaciones difíciles en el día exacto. La ansiedad crece dentro de nosotros, sin embargo, debemos confiar en que, en el momento adecuado, llegará el escape. Hubo mucha alegría entre los judíos, porque aunque no hubo una prohibición del día del asesinato contra ellos, había permiso para defenderse. Siendo que era el rey, a través de Mardoqueo, quien estaba dando el edicto, para el buen entendedor, era como decir que el edicto anterior había sido cancelado. Hubo una fuerza real a favor de los judíos (v.7-17).

"Si un grupo de escribas y mensajeros paganos, sin medios modernos de transporte y comunicación, pudieron llevar el decreto de Mardoqueo a todo el imperio, ¡mucho más deberían los obreros cristianos poder llevar el Evangelio de Cristo a un mundo perdido!"[2]

Cambios en situaciones de la vida (Et 8)
1. Cambio de espectador a autoridad (v.1-2)
2. Cambio de una expectativa de exterminio a un futuro esperanzador (v.3-8)
3. Cambio de amenazado a amenazador (v.9-14)
4. Cambio de tristeza a alegría, de inseguridad a confianza (v.15-17)


[1] La palabra “repastos” que aparece en algunas versiones significa establo o haras, donde se guardaban los caballos.
[2] Notes on Esther - Dr. Thomas L. Constable, pg. 31, citando Wiersbe (Published by Sonic Light - 2014 Edition)

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