Capítulo 7: La segunda contienda de Job contra Dios
1. Existe una lógica humana en los pensamientos, pero son más que pensamientos humanos. Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos. Por ejemplo, si no tengo comida para mañana, es totalmente lógico que me preocupe, pero no es espiritual porque en Filipenses 4:6 nos dice que no debemos estar ansiosos por nada, sino entregarlo a Dios en oración. El Señor Jesús dijo que no nos preocupemos por el mañana. Job discutió con Dios que si la vida es dura y la muerte es segura, porque él pensaba que su fin estaba cerca, ¿por qué Dios no acababa pronto con todo ese sufrimiento y lo mataba? Puede ser un pensamiento lógico, pero no es espiritual, ya que Dios tenía propósitos bien establecidos para el sufrimiento de Job (v.1-10).
2. Otro pensamiento lógico es que el justo no debe sufrir, porque al caminar como Dios quiere, merece bienestar en esta vida. El que peca, ese sí debe sufrir, porque no agrada a Dios. Sin embargo, esto no es lo que vemos en el mundo. Vemos hombres malvados que viven una vida de satisfacción carnal sin preocuparse por su vida espiritual, mientras que hay personas piadosas llenas de sufrimiento, limitaciones e incluso pobreza. Job estaba equivocado al querer decidir aquello que solo le pertenece a Dios. Solo Dios puede liberarlo del sufrimiento y de la vida. Aunque Job no blasfemó ninguna vez, no estaba contento con la forma en que Dios estaba conduciendo aquella situación (v.11-21).
"Dado que la vida y la creación se volvieron desesperadas e inexplicables para Job, prefirió abandonar el orden creado para confinarse al Seol (no existencia) (cf. 7: 15-16,21)".[1]
[1] The Structure and Purpose of the Book of Job - Gregory W. Parsons, pg. 146 (Bibliotheca Sacra - April-June 1981)
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