Salmo 16: Las herencias de los que confían en Dios
La seguridad del salmista no está en las cosas de este mundo, sino en Dios. La compañía de quienes tienen la misma seguridad da satisfacción al salmista. En contraste, los que buscan ídolos se acarrean mucho sufrimiento. La gratitud y la alegría también están latentes en este salmo (v.1-11).
“Es fácil ver a qué se refieren estas expresiones. Ningún sacrificio podría expiar el pecado o satisfacer una conciencia culpable. Si los sacrificios bajo la ley fuesen ofrecidos por Israel con los ojos de la fe puestos en Jesús, entonces estos traerían satisfacción y consuelo. Pero sin ella, no era posible que la sangre de toros y machos cabríos pudiera quitar el pecado (Heb 10:4) ... Cristo nunca, en todo su ministerio, se refirió a los sacrificios de la ley, sino que tenía la mirada puesta en su propio sacrificio(Mt 20:28) ”[1].
Salmo 16: Las herencias de los que confían en Dios
1. El Señor mismo como herencia (v.1-6)
2. La vida eterna como herencia (v.7-11)
[1] Poor Man's Commentary (Robert Hawker) – Sl 16.4 - Published in 1805; public domain (extraído de e-sword version 11.0.6 - 2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario