martes, 20 de octubre de 2020

Salmo 97

Salmo 97: Las obligaciones de los súbditos del Rey de reyes


1. Este es probablemente un Salmo de David. Este Salmo exalta la majestad del Mesías, el Señor Jesucristo. Habla de la venida de Jesucristo, no de la primera venida, porque en ella vino humildemente y sin juicio, sino de la segunda venida de Cristo en la que vendrá como Juez de toda la tierra en poder y venganza. Jesucristo es el Rey de reyes y nosotros somos sus súbditos. Tenemos obligaciones para con Él. La naturaleza le obedece y nosotros, sus súbditos, debemos inclinarnos ante Él y cumplir con nuestras obligaciones. Los súbditos del Rey de reyes tienen obligaciones


2. Toda la tierra se regocijará en el Mesías cuando venga en Su gloria. Los malvados que lo rechazaron estarán confundidos. Proféticamente, la palabra "tierra" a menudo se refiere a la ciudad de Jerusalén. La capital del reino del Mesías ha estado esperando ansiosamente desde el reino de David por paz y justicia. El mundo tiene miles de costas (N de T: se traduce “islas” en Portugués ). John Gill dice que Colón cuando navegó alrededor de Cuba nombró 700 islas y dejó 3000 islas sin nombre y que un rey de la India gobernó más de 11,000 islas (1) . La alegría es el resultado del reconocimiento de que el Rey es majestuoso y bueno. Los súbditos tienen la obligación de tener alegría ante el rey, pero cuando la alegría es real, muestra que el rey está complaciendo los corazones de sus súbditos. Recuerde a Nehemías, el mayordomo del rey, que se entristeció ante el rey y el rey pronto se dio cuenta y preguntó. Los reyes exigen gozo a sus súbditos (v.1).


3. Las nubes son la vestimenta de Dios. Él se vistió con la nube que guiaba al pueblo en el desierto y la nube que se posaba sobre el Lugar Santísimo. En su venida, estará vestido de nubes oscuras, como un manto negro aterrador. Será un día de justicia. El trono del Rey de reyes está afirmado en el juicio. Se basa en el juicio. Llegará el tiempo en que no habrá más misericordia, porque la paciencia del Señor habrá cesado. El mundo puede arrepentirse hoy, pero sus habitantes están posponiendo. En el día del juicio ya no será un día de arrepentimiento, sino de ajuste de cuentas. Mientras los súbditos se regocijan, los enemigos tiemblan ante el juicio (v.2).


4. Hay tres fuegos preparados para los enemigos del Rey: uno será al final de la Tribulación, el juicio para los perseguidores de Su pueblo;  otro fuego será al final del Milenio, en la batalla de Gog y Magog, cuando Satanás y sus aliados intentarán invadir la ciudad de Dios y destruir a Su pueblo y finalmente el Fuego Eterno, el Lago de Fuego (v.3).


5. Los rayos y relámpagos siempre han asustado a personas de todas las edades. No hay nadie que no le tenga miedo a los rayos. Son peligrosos y dan miedo. Jesucristo ha iluminado el mundo desde su primera venida y esta es la oportunidad para que las personas se acerquen a Él. El relámpago, en noches de los rayos lejanos, son silenciosos y útiles para iluminar los caminos, pero también son el presagio de la proximidad de las tormentas y rayos El momento del arrepentimiento es ahora, porque cuando vengan los rayos del juicio del Rey, el castigo será abrumador. Los súbditos no tienen razón para temer. El Rey se ocupará de sus súbditos. Los malvados deben temer; los súbditos se regocijan con el juicio del Rey. La tierra temblará con la segunda venida del Rey Jesucristo, no solo por temor, sino por el terremoto universal que ocurrirá según Zc 14:12-14 (v.4).


6. A menudo se considera que los montes son los reyes de la tierra. Los poderosos de este mundo no estarán en la presencia del Señor de señores y se derretirán. Serán consumidos. El Anticristo y su ejército y sus 10 confederados serán exterminados (v.5).


7. También habrá salvación y no solo condenación. Algunos piensan erróneamente que en la Tribulación no habrá más posibilidades de salvación. La ira del Cordero es contra los pueblos que persiguen a los judíos. El propósito de la Tribulación es tratar con el pueblo de Israel, salvarlos, pero también es juzgar a los incrédulos de todo el mundo, sin dejar de ofrecer la oportunidad de ser salvos. Habrá señales en los cielos y 144.000 testigos, además de los dos testigos que viajarán por el mundo predicando el evangelio del reino. Es motivo de gran alegría para los súbditos del rey. La Iglesia, mientras todo esto sucede en la tierra, estará en el cielo, recibiendo cada uno su recompensa según sus obras (v.6).

8. La alegría de algunos es la desesperación de otros. Los idólatras serán confundidos, porque no dieron gloria al Rey Majestuoso. En la Tribulación los pueblos adorarán la imagen de la Bestia, pero al final serán confundidos, porque el Cordero derramará su ira contra ellos. Según Filipenses 2:9-11, todos se postrarán ante el Rey de reyes. Al mismo tiempo que el miedo debe apoderarse de los hombres, debe alegrar a los súbditos del Rey (v.7).


9. Los siervos del Rey se regocijan en Él, aunque Él juzgará a los impíos según la medida de sus malas acciones. El juicio no debe entristecer al creyente, sino alegrarlo porque sirve al Dios verdadero y justo. Debemos llorar por los malvados mientras están vivos, porque están despreciando la oportunidad de ser salvos, pero cuando abandonan este mundo solo lamentamos su rebeldía, pero ya no lloramos, porque se lo dejamos al Juez Justo, que juzgará según sus obras (v.8).


10. No hay dios por encima de nuestro Dios. Esto debería conducirnos a la purificación. Debemos servir solamente al único Dios (v.9).


11. Los súbditos deben purificarse para el Rey, porque Él merece que sus siervos estén limpios ante Él. El mismo Rey que nos ama nos purificará, pero debemos aborrecer el mal. La santificación no es por esfuerzo propio, sino por el Espíritu Santo, sin embargo, la santificación no es una obra de Dios en nosotros independientemente de nuestra voluntad (v.10).


12. El versículo 10 nos enseña acerca de la seguridad de nuestra salvación en Cristo, el Rey de reyes. Él guarda nuestra alma. Algunos enseñan que solo son salvos los que perseveran en Él, eso es llamado perseverancia de los santos. Esta enseñanza no es lo mismo que la Seguridad de la Salvación, porque mientras que la Seguridad de la Salvación es algo totalmente de Jesús, el Salvador, es decir, Él nos sostiene y nadie nos quita de Su mano, la Perseverancia de los Santos es algo completamente del hombre, porque es él quien mantiene su salvación si permanece fiel o, como dicen, si no persevera, sólo demuestra que nunca fue salvo. (v.10).


13. Los súbditos del Rey están a salvo de las artimañas de los malvados y protegidos del mayor enemigo de sus almas, Satanás. Esta debe ser nuestra motivación para purificarnos, no para mantener nuestra salvación, sino para agradecerle por protegernos (v.10).


14 Los súbditos fieles reciben el gozo de la santificación. Caminan bajo la luz del Rey y esta luz ilumina todo (v.11).


15. El gozo y la purificación están en este versículo. Los súbditos deben regocijarse en el Rey de reyes y purificar sus vidas, porque Él es santo. Tenemos un Rey majestuoso y bondadoso y, por lo tanto, debemos regocijarnos en Él y porque Él es santo, debemos purificarnos para Él. Estas obligaciones no son de ninguna manera pesadas para sus súbditos (v. 12).



                                                                                                                                                                

Salmo 97: Las obligaciones de los súbditos del Rey de reyes

1. Deben regocijarse en Él (v.1-7)

2. Deben purificarse para Él (v. 8-12)



1  John Gill's Exposition of the Entire Bible, Sl 97.1 (John Gill 1690-1771 - extraído de e-sword version 11.0.6 – 2016)

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