sábado, 9 de enero de 2021

Eclesiastés 8

Capítulo 8: Sumisión al rey. Las aparentes injusticias.


1. Es imposible entender la vida con ojos humanos, pero la sabiduría de Dios ilumina al hombre que le teme y, así como Moisés, su rostro resplandece. El pueblo de Israel juró obedecer al rey. Los creyentes tienen la orden de obedecer a las autoridades. Un súbdito solo dejaría la presencia del rey si el rey se lo permitía y nunca le daba la espalda al rey, siempre caminando hacia atrás con el rostro hacia abajo en reverencia al el rey. Tenemos al Rey de reyes a quien no debemos dejar. Así como un rey hace lo que quiere, nuestro sabio Dios mueve las situaciones de nuestras vidas como le parece y no debemos discutir. El obediente no necesita temer el mal, porque sabe que llegará el momento del juicio. Dios juzgará toda la maldad del hombre que se acumule. El hombre no puede detener el viento y tampoco puede controlar el día de su muerte. Por el momento, los hombres dominan a los demás, pero llegará el momento en que Dios será quien dominará al hombre, comenzando por la muerte (v.1-9).


2. La vida nunca fue justa en algún momento después del pecado. Los justos pueden ser olvidados aquí, pero Dios nunca los olvidará. La aparente demora del juicio de Dios en esta tierra provoca aparente seguridad e impunidad en el hombre. Los creyentes no deben ser sacudidos por las injusticias, porque todo se confirmará en la eternidad y los perversos serán debidamente condenados y sentenciados. Si bien tenemos un poco de alivio en este mundo, debemos experimentarlo, pero sabiendo que, en el Señor, el gozo es completo. Tratar de comprender la locura del hombre que gasta tanta energía en cosas temporales es un trabajo imposible. Nunca entenderemos cuánto carecen de sentido común los seres humanos. La sabiduría de Dios es imposible de lograr en su totalidad aquí en este mundo. En todos nosotros falta la sabiduría de Dios (v.10-17).


“Aunque, quizás, en general los justos se han asegurado una vida feliz, mientras que los malvados son desheredados; sin embargo, incluso esto tiene sus excepciones, de modo que nadie puede depender de la moral como guía para la vida”. (1)


La sumisión del hombre en este mundo (Ec 8)

1. Puede someterse a los poderosos (v.1-9)

2. Puede someterse a Dios (v.10-13)

3. Puede someterse a sí mismo (v.14-17)



1.  Comentário Bíblico Moody, pg. 18 – Ec 8.10-14 – (Editado por Charles F. Pfeiffer – Imprensa Batista Regular 4ª impressão 2001)

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