martes, 2 de febrero de 2021

Acceso

 Acceso


Tal vez te haya sucedido ir a algún lugar sólo para que te fuera denegada la entrada. Años atrás nos pasó cuando quisimos llevar parientes a visitar los museos de Colonia; era lunes y todo estaba cerrado. Fue una gran desilusión.


Jesús nos advirtió de la terrible realidad de ser negada la entrada a la eterna presencia de Dios. <<No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. En aquel día yo les diré claramente: “Nunca los conocí. ¡Apártense de mí, obreros de maldad!” Mateo 7:23


Es común que la gente se haga una especie de “religión personal”, un estilo propio de aspirar el acceso a Dios. Muchas veces se toman aspectos que gustan de diversas “religiones” mientras no impliquen ningún compromiso. Se sienten buenas personas y suponen que así Dios los debe aceptar. Pero las palabras de Jesús son una clara advertencia.


¿Cómo puedo saber que estoy en el “camino” correcto?



Juan fue el discípulo que enfocó insistentemente este asunto. Mateo, Marcos y Lucas relatan los hechos, las parábolas y discursos de Jesús, pero Juan lleva cada relato al asunto de creer. Obviamente va más allá de creer que tal suceso ocurrió. Eso para sus oyentes era más que evidente. Juan señalaba la necesidad de creer en Jesús de manera total, de abrazar su Persona, su doctrina y su obra en la cruz para quitar nuestro pecado. 


Jesús no vino a formar una religión. Vino a perdonar pecados y a librarnos de su dominio. A cada uno de sus seguidores nos da su Espíritu Santo para capacitarnos para conocer y caminar acorde a su voluntad. <<El que en mi cree, tiene vida eterna>>, prometió Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario