Capítulo 33: Aflicción y liberación
1. Dios usaría a Asiria para cumplir su propósito disciplinario sobre Jerusalén. Después de que Asiria fue usada para el propósito de Dios, llegó el momento de que Dios tratara con Asiria. La perfidia o la traición terminarían con el juicio de Dios sobre Asiria. Mientras tanto, el pueblo de Dios debe clamar, porque en la angustia Dios responde. El botín quedaría para el pueblo de Dios. Serían como orugas cuando encuentran una hoja exuberante (v.1-4).
2. Dios traería estabilidad para Jerusalén. Él es dueño de los tesoros escondidos que incluyen la justicia y el derecho de tierra. Otros tesoros deseados por los creyentes son el conocimiento, la sabiduría y el temor. La salvación del Señor es completa (v.5-6).
3. Los asirios serán destruidos, pero Jerusalén disfrutará de paz. Los héroes del ejército asirio llorarán. Toda la destrucción que trajeron no sería suficiente para destruir los propósitos de Dios. Ningún pacto humano se mantendrá cuando el Señor venga en juicio sobre Asiria. El profeta usa imponentes figuras naturales para decir lo que le sucederá a Asiria. El Líbano con sus cedros centenarios se ha secado. Sarón, la región florida de rosas (Rosa de Sarón) se convertirá en desierto. Basán con sus verdes pastos (Toros de Basán) y el Monte Carmelo muy verde se volverá seco, sin pastos y sin hierbas. Así como estos lugares en estas situaciones serían muy tristes, sucederá realmente con Asiria (v.7-9).
4. Ha llegado el momento de que Dios sea exaltado, porque cuando su pueblo es humillado a causa del pecado, Dios también es humillado, porque el Señor ha jurado por sí mismo a favor del pueblo. El nombre de Dios es blasfemado cuando su pueblo vive en incredulidad. Asiria produce paja y Dios la convierte en rastrojo. El aliento de Asiria se volverá como fuego. Asiria se convertirá en ceniza, polvo como la cal. Será como espinas en el fuego. La historia de la venganza del Señor llegará hasta los confines de la tierra y ellos volverán a temer el nombre del Señor (v.10-13).
5. Nadie podría sostenerse frente a la furia del Señor. Solo quedan los justos, pero ¿quién es justo? Solo Jesucristo fue el justo de Israel. Es bajo la misericordia del Señor que somos salvos y vivimos en un refugio seguro (v.14-16).
“Todavía existe una fiesta perversa, aunque Sion está llena de juicio y justicia. La razón del terror se expresa en lo que viene inmediatamente después de eso ".[1]
6. La presencia del Rey será suficiente para Israel y para la Iglesia. En el reino del Mesías lo veremos en Su hermosura. Hoy, vemos al Señor Jesús por fe. La tierra, en el reino mesiánico, se extenderá más allá de lo que Israel tiene hoy. Los opresores ya no existirán. No habrá más pago de impuestos por parte del pueblo de Dios. Los extranjeros ya no se apoderarán de la tierra de Israel. No se pondrán en lista las casas más insignes. “Los que ponen en lista las casas” es una forma de referirse a los que tenían el poder. (v. 17-19).
7. Jerusalén será una ciudad pacífica cuando el Señor reine allí. Será una vez más una ciudad de fiestas solemnes. Será una tienda con estacas firmes. El Señor tensará las cuerdas. Ningún barco enemigo atracará en las regiones de Israel, porque el Señor será los ríos. La santa ley del Señor será cumplida con placer. Los cabos y cuerdas del barco de los enemigos serán soltados por el Señor. El profeta continúa con la ilustración de la embarcación y el ataque para mostrar que el pueblo de Dios sacará provecho de todo el sufrimiento y despojará al enemigo. Incluso los más débiles, los cojos, tendrán su parte. Todos los contritos serán perdonados y vivirán en la tierra del rey mesiánico (v.20-24).
Aflicción y liberación (Is 33)
1. Jerusalén tendrá estabilidad y salvación (v.1-6)
2. Jerusalén tendrá paz de los enemigos (v.7-16)
3. Jerusalén tendrá la presencia del Rey (v.17-24)
[1] The Cambridge Bible for Schools and Colleges By Cambridge University Press – Is 33.14 (extraído de e-sword version 11.0.6 – 2016)
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