Capítulo 16: El profeta solterón
El plan de Dios para casi todos es el matrimonio. El plan original de Dios en la creación es el matrimonio. Sin embargo, hay momentos difíciles en los que el matrimonio no debería ser una prioridad. En una guerra, por ejemplo. Aunque, dicen que ha habido muchas historias de matrimonio en tiempos de guerra. El sufrimiento sería multiplicado con el matrimonio en época de cautiverio. El apóstol Pablo en 1 Corintios 7 también sugiere no casarse debido a la “necesidad que apremia” aunque no sabemos a qué se refería. El capítulo 16 de Jeremías plantea una cuestión importante sobre la disciplina debido al pecado propio y no solo a los pecados cometidos, previamente, por los padres (v.1-21).
“Así como el Señor prohibió al profeta llorar en Babilonia, también prohibió celebrar; ambas prácticas eran inadecuadas, mientras el Consolador estuviera ausente. Yo oro para que el lector note la preciosidad de Jesús, la paz y el consuelo de su pueblo para santificar”.[1]
[1]Poor Man's Commentary (Robert Hawker) – Jr 16.10-13 - Published in 1805; public domain (extraído de e-sword version 11.0.6 - 2016)
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