Capítulo 19: La vasija rota
La nación de Judá necesita ser quebrantada, ya que no ha sido un recipiente de bendiciones. Una vasija rota mientras que es arcilla se puede remodelar, pero una vez que endurece, cuando se rompe necesita ser enterrada. Se convierte en escombros. La generación actual, la del cautiverio, será enterrada para dar paso a una nueva masa de arcilla. La razón por la que Judá rechazó a Dios es la repetición de los pecados de Israel. La idolatría e incluso el sacrificio de bebés a favor de Baal. El pueblo profanó la tierra de Dios (v.1-15).
“El clímax en la enumeración de los pecados en estos versículos está en esto: 1. La deshonra de la santidad de Jerusalén como morada del Señor por la práctica pública de la idolatría; 2. El derramamiento de sangre inocente como extrema injusticia y prácticas judiciales perversas; 3. La peor de todas las abominaciones, la construcción de altares para quemar a los propios hijos a Moloc”.[1]
[1] Keil & Delitzsch - Keil & Delitzsch Commentary on the Old Testament (Johann (C.F.) Keil (1807-1888) & Franz Delitzsch – Jr 19.3-5 (1813-1890) (extraído de e-sword version 11.0.6 – 2016)
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