Ezequiel 25

 Capítulo 25: Profecías contra Amón, Moab, Edom y los filisteos

 

1. La profecía contra Amón no es solo contra la tierra, sino contra las personas de esa tierra. No hay razón para juzgar a la tierra misma, ya que esto sucederá solo una vez al fin del mundo, en la destrucción de todo el universo, manchado por el pecado. Cuando a Judá le profanaron el templo y lo llevaron cautivo, a Amón le agradó y se burló. Como juicio, Amón será entregado a los caldeos y sirios y, quizás, a los árabes, todos del este. "... según Josefo esto se cumplió cinco años después de la destrucción de Jerusalén". (Gill). La ciudad principal de los amonitas se reducirá a un corral. Este es el castigo por desearle mal al pueblo de Dios. La promesa permanece: toda nación que maltrate al pueblo de Israel será maldecida. Esto fue en el pasado como en el presente y será en el futuro (v.1-7).

 

2. Moab y Edom se conocen como Seir. Estas naciones no honraron a Judá, sino que la consideraron como cualquier otra nación. Debido a esto, Dios debilitará las principales ciudades para que los enemigos invadan a Moab y Edom. Las naciones que no bendicen a Israel sufren las consecuencias de una promesa eterna (v. 8-11).

 

3. Los edomitas son muy culpables porque entregaron a Judá a los caldeos (v.11, Sal 137:7, Ab 12-14). Los caldeos no agradecerán a Edom, sino que destruirán sus principales ciudades y todo se convertirá en desierto. La venganza es de Dios mismo, porque la promesa permanece contra aquellos que maltratan a Israel (v. 12-14).

 

4. Los filisteos fueron avergonzados una vez cuando David mató a Goliat y a sus hermanos. Sansón también destruyó a los filisteos. Ahora se han vengado de Judá, actuando con malicia, ayudando a los caldeos. Los cereteos son parte de las tribus filisteas. Dios prometió destruir a todos los habitantes de la costa, ya que los filisteos vivían junto al mar. Una vez más se cumple la promesa de una maldición para las naciones que maltratan a Israel (v. 15-17).

 

“Aquellos que se glorían en cualquier defensa que no sea el poder divino y sus promesas, tarde o temprano, verán su gloria avergonzada. Aquellos que se regocijan por las calamidades que le suceden al pueblo de Dios, pronto serán contados entre ellos ".[1]

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[1] Complete Summary of the Bible - Keith L. Brooks – Ez 25 (1919 extraído de comentários de e-sword versão 10.3.0 - 2014)