Capítulo 31: Faraón, rey de Egipto
1. El faraón siempre fue imponente. Nadie igualaba a los faraones en poder. En grandeza no había reino como Egipto y con dinastías tan constantes. Así como Asiria era inigualable como los cedros altos y hermosos, Egipto se tornó inigualable debido a su río, el Nilo, uno de los más grandes del mundo, solo superado por el Amazonas y quizás el Mississippi. El río Nilo era importante para regar la plantación de Egipto. Egipto era hermoso y orgulloso por la riqueza del río Nilo en medio del desierto. El pueblo dependía de Egipto y Egipto dependía del río Nilo. Si se compara el mundo con un gran jardín de Dios, Egipto sería la belleza natural del jardín con sus árboles bien regados por el Nilo. Los propios árboles del Edén, el jardín de Dios, estarían celosos de Egipto. Por supuesto, esto es una ironía, porque Dios sabe usar bien la ironía contra sus enemigos (v.1-9).
2. Egipto se elevó entre las ramas, es decir, se volvió arrogante entre las naciones. Por lo tanto, recibirá tratamiento en la nación más poderosa, Babilonia. La frondosa nación de Egipto con sus imponentes ramas ha sido cortada. Como no había sombra para otros pueblos, salieron de Egipto. Solo quedaron animales terrestres y aves. Nunca más alguna nación se apoyará en Egipto, porque toda su altivez se ha ido. Había tristeza en Egipto. El famoso río Nilo se ha detenido. Incluso el Líbano está de luto, es decir, Siria, que es vecino del Líbano, lloró por la caída de Egipto, ya que también bebía de las aguas del Nilo, se apoyaba en Egipto. Las naciones que se beneficiaban de la sombra de Egipto también serán condenadas a muerte. El capítulo comienza ensalzando la grandeza de Egipto, comparándolo con los árboles del Edén. Ahora, al final del capítulo menciona la grandeza de Egipto, pero en relación con su caída. Egipto, así como los árboles del Edén, caerá (v.10-18).
“Los babilonios que se habían asociado con los medos en la destrucción de Nínive en el 612 a. C. derrotarán al poder de Egipto. v. 14, ningún otro árbol ... se elevará orgullosamente tan alto: la caída de Egipto advertirá a otras naciones que no aspiren a una grandeza excesiva y que recuerden su propia mortalidad ".[1]
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