viernes, 9 de abril de 2021

LA SUMISIÓN MUTUA EN LA COMUNIÓN CRISTIANA. Por Ernesto Rey

 LA SUMISIÓN MUTUA EN LA COMUNIÓN CRISTIANA

Efesios 5:21 “Someteos unos a otros en el temor de Dios”.
(En la Versión Hispano Americana: “sujetándoos los unos a los otros en el temor a Cristo”)
Entre las demandas vitales para el ejercicio de la c
omunión en la iglesia local, como “miembros los unos de los otros” (Ef. 4:25), se encuentra la de SUMISIÓN MUTUA.
En el transcurso de los años, por experiencia de vida de iglesia he visto que los creyentes que descuidan éste mandato, tienen problemas de crecimiento; inconsecuencia e inestabilidad, y en las congregaciones locales donde hay descuido de ésta enseñanza, muchas dificultades para avanzar, además de ser gran causa de división.



UN CONTEXTO IMPORTANTE.
-Someterse, es otro gerundio más de la serie que señala la llenura o plenitud del Espíritu: vv.19-20), “hablando..”, “cantando…”…, ”alabando…”, “dando gracias…”, “sometiéndonos…”.- Lejos de la idea de una llenura del Espíritu expresada en éxtasis y sensaciones extrañas, la llenura se expresa en “sumisión” humilde, y de modo permanente, en acciones que pueden ser comunes.
-Notemos que el v. 21 marca el pasaje de una sección de relacionamiento general entre creyentes, como “hijos amados” (v.1), “santos” (v.3), “hijos de luz” (v.8), a un relacionamiento de carácter particular, en el trato de los cónyuges, padres e hijos, siervos y amos. Porque también la “sumisión” toma otros rasgos particulares que no vamos a tratar ahora.

LO QUE NO ES
-No está hablando de sumisión a quienes están en autoridad en la iglesia. Para eso hay un mandato específico (Hebreos 13:17). Sino que es sumisión mutua de todos los creyentes.
-No son actitudes de superioridad, ni inferioridad. Los hermanos con mayor capacitación , y personalidad fuerte debieran recordarlo.
-No es una oportunidad para el dominio, manipulación, y control.
-No es la cortesía natural que se puede practicar en cualquier ámbito.
-No es aceptación de todo, ni falta de evaluación, y justo juicio, sobretodo NO es dejar el escrutinio de la Palabra de Dios “en bien de la sumisión”.
-No es el cristianismo individualista, de “marcha propia”, según los gustos personales.
LO QUE ES
-Este versículo se relaciona a lo que somos como miembros los unos de los otros en el Cuerpo de Cristo. Lo cual el apóstol ha estado hablando, destacando las actitudes necesarias: unidad, verdad, amor; como receptores de la gracia de Dios en nuestra vida, la cual debe evidenciarse.
-Es el reconocimiento de la dignidad y valor de los hermanos.
-Es el reconocimiento de los dones, y lugar en el ministerio, que Dios ha dado a mis hermanos. Aceptando que hay un rol peculiar a desempeñar en el Cuerpo de Cristo. Entendiendo que todo hermano tiene algo para dar, y yo necesito de la edificación de todos.
-Se trata del reconocimiento de los derechos, necesidades, aceptación a pesar de diferencias, como una manifestación externa del respeto y reverencia a Cristo.
-Es la actitud de mutua humildad, buscando el bien del otro, no el suyo propio (Fil. 2:5)
-Es la deferencia debida como hijos de Dios. “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.” Ro. 12:10
-Es tomar pleno compromiso y participación en la marcha de la iglesia local, en toda las actividades que me sean posible, pero también en la disposición de ser de ayuda y edificación a mis hermanos en todo momento.
-Es sujeción también de los ancianos y líderes hacia todo los hermanos.

LA REALIDAD QUE TRANSGREDE ÉSTE MANDATO.
-La situación actual de reuniones virtuales ha favorecido la falta de sometimiento mutuo. A pesar de la transmisión de reuniones por los medios modernos, hay creyentes que ni se conectan.
-Participación selectiva, esporádica (a veces demasiado), no por razones de salud, trabajo, o imprevistos, sino por una costumbre de apenas participar en alguna reunión.
-Activismo por fuera de la marcha de la iglesia local. A menudo las organizaciones propician esto. Pero es un problema del creyente, que busca satisfacer sus expectativas personales de la vida cristiana por fuera de la congregación.
-Ser un “visitante” de iglesias parece algo poco dañino, sin embargo cuando se trata de una práctica sin responsabilidad en su iglesia local, y se mueve sin conocimiento de los ancianos o responsables, llega a ser perjudicial.-
-Cuando un predicador considera que puede dar un mensaje liviano, sin estudio serio de la Biblia, y sube al púlpito en base a su labia y carisma personal, no se está sometiendo a los hermanos. Lo mismo los hermanos que desestiman las largas horas de estudio de un predicador, ocupándose de asuntos triviales.
-Permitir que lo superfluo me impida atender la convocatoria de la iglesia.
-Entre colaboradores (ancianos, maestros, líderes, etc.) faltar sin avisar, dejar sin atención una responsabilidad.
-Rebeldía para aceptar la exhortación, la instrucción y el consejo bíblico.
-El trato despectivo, desconsiderado, a veces sutilmente subestimando a los hermanos.
Ésta lista no agota un sinfín de situaciones. Pero sí estoy seguro que entre tantas dificultades entre hermanos, y en las iglesias siempre aparece un rasgo de carencia en la sumisión mutua. Cómo conducirnos en “la casa de Dios” (1 Tim.3:15) no es algo que sepamos naturalmente, es algo que debemos aprender, porque prevalecen los criterios de Dios, no los del mundo. Sin duda, hay bendición en una iglesia donde sus miembros se sujetan mutuamente.-


                                                                                        Por Ernesto Rey

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