Capítulo 5: Busquen al Señor y vivan
A pesar de todas las condenas, Dios quiere que vivan. Bastaba buscarlo con una mente transformada en cuanto a la justicia, sin embargo, sentían que la justicia de Dios ajenjo (amarga). El deseo del Señor es salvar al pecador, pero debe reconocer su estado pecaminoso y no justificarse en sus buenas obras como contrapeso para ser aceptado por Dios. Los jueces aceptaban sobornos contra los pobres y aceptaban lo poco que quedaba de ellos. Ellos deberían buscar el bien y no el mal. Los pecadores intentaban sofocar sus conciencias culpables mediante cultos vacíos y rituales meticulosos. Mientras practicaban la religión vacía a Dios, acumularon otros dioses paganos, Moloc, Quiún y el dios de las estrellas (v.1-27).
“La virgen (v. 2) (que en Isaías representa a Jerusalén y ocasionalmente a alguna otra ciudad, pero que se aplica aquí a toda la nación de Israel), a quien Jehová amó, cayó o 'se apresuró' (en hebreo, nitshah) contra el suelo. Y no solo se había despedazado en el suelo; sino que había sido abandonada. No puede volver a levantarse, porque no existe nadie que pueda levantarla ".[1]
[1] Novo Comentário da Bíblia, pg. 23 – Am 5.2 (Editado pelo Prof. F. Davidson, MA,DD. Editado em Português pelo Rev. D. Russell P.Shedd, MA, BD, PhD – Edições Vida Nova – São Paulo – SP – 2000)
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