Daniel 2

 Capítulo 2: Daniel interpreta los sueños de Nabucodonosor

 

1. Dios usó el sueño de Nabucodonosor para promover a Daniel y sus amigos. Era común que los reyes buscaran a sus hechiceros para interpretar sus sueños. Inventar interpretaciones puede ser fácil para las personas con buena imaginación, pero el rey exigió que el intérprete hablara sobre el sueño y su interpretación. Daniel fue la salvación de todos los hechiceros al ofrecerse como voluntario para interpretar el sueño (v.1-16).

 

“Nabucodonosor no era un neurótico tembloroso que se asustaba fácilmente como un niño por medio de vagas impresiones. Este versículo es sólo el primero de un grupo de evidencias de que algunas traducciones no son correctas al sugerir que Nabucodonosor olvidó el sueño (v. 5). Estaba asustado exactamente porque no se había olvidado de él ". [1]

 

 

“Los caldeos declaran su incapacidad para informar e interpretar el sueño, afirmando que tal conocimiento solo se puede encontrar entre los dioses cuya morada no es con la carne (11). A través de esta confesión los caldeos hicieron referencia a Dios, porque incluso en el oscuro  paganismo permanecía la persuasión de que Dios existe (ver Rm 1:21) ”.

 

2. Daniel era sumiso a Dios y a Él oraba, pero no lo hizo sin la ayuda de sus amigos. La revelación le llegó a Daniel, pero le agradece a Dios por haberle respondido a todos sus amigos y no solo a él. Esto nos muestra que las respuestas a las oraciones son para todos los que oraron y no solo para el que recibió la respuesta directamente (v. 17-23).

 

3. Daniel ofrece al rey la interpretación del sueño. Es una profecía muy importante, ya que define el destino de las naciones. La piedra cortada sin la ayuda de una mano (v.34) es Jesucristo. Los pies tienen una mezcla del gobierno humano con el gobierno del Anticristo. Daniel fue recompensado y no se olvidó de sus amigos. En cuanto a los reinos descritos en este sueño y la interpretación, vea el dibujo a continuación (v.24-49).

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[1] Comentário Bíblico de Matthew Henry, pg. 2 – Dn 1.8-16 (Casa Publicadora das Assembleias de Deus - 3ª Edição - 2003)