Capítulo 2: Rápidos y Furiosos
1. El aviso es de certeza y no una posibilidad. Cuando Jonás predicó, hubo arrepentimiento. Esta vez, los pecados ya son descubiertos, deliberados y el juicio es seguro. No es Israel o Judá quienes invadirán Nínive, sino Babilonia. La venganza de Israel vendrá a través de Babilonia. El ejército es de temer. Los escudos y armas resplandecientes, la ropa roja y los carros rápidos y furiosos que circulan por la ciudad harán que los líderes entren en pánico. Babilonia contaba con la gran inundación del río Tigris que invadió Nínive, destruyendo el muro que le daba seguridad. Las aguas se convirtieron en el gran enemigo del país bañado por el Tigris y el Éufrates. Clamaron para que se detuviera el agua, pero no obedecía a la ciudad reina. A Babilonia le resultó fácil invadir, saquear y tomar cautivos. Nínive era como un foso de leones que aterraban, pero ahora los leones huyen y son despedazados (v.1-13).
“Esta es una de las mejores descripciones de un asedio en la literatura, si no la mejor. No da buenos resultados imaginar que se trata de una referencia a los coches modernos, como algunos piensan. Tal manejo de las Escrituras no es digno del estudiante serio de las Escrituras ".[1]
Falsa seguridad (Na 2)
1.Invasión e inundación del ejército (v.1-5)
2. Leones que huyen (v.7-13)
[1] Comentário Bíblico Moody – Naum, pg. 9 (Editado por Charles F. Pfeiffer – Imprensa Batista Regular 4ª impressão 2001)
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