Capítulo 14: la muerte de Juan, la multiplicación y sobre las aguas
1. Herodes no estaba siguiendo el ministerio de Jesús, por lo que solo escuchó de Su fama. Juan el Bautista lo había reprendido por cometer adulterio con la cuñada, hermana de Felipe. Herodes Antipas, queriendo agradar al pueblo judío y también satisfacer a su amante, hizo decapitar a Juan, y los discípulos de Juan, fieles a él hasta la muerte, lo enterraron. Triste entierro, porque su maestro estaba decapitado. Ahora, finalmente, los discípulos hacen lo que deberían haber hecho hace dos años y se unen a Jesús, su nuevo maestro (v.1-12).
“El capítulo catorce contiene el registro de eventos para armonizar con el propósito de este Evangelio. El Señor reveló los misterios del reino de los cielos, misterios, como hemos visto, repetidos por el Señor en Sus siete mensajes a las iglesias en Apocalipsis 2 y 3. Al final del capítulo, vemos el rechazo una vez más. “Él los ofende”. En el capítulo que tenemos ante nosotros, Él aparece como el rechazado. La clave para entender los eventos descritos aquí debe ser dispensacional. Tenemos una descripción de lo que sucede mientras el Rey está ausente y Su propio pueblo lo rechaza. Al final de este capítulo, Él viene y con Su venida trae calma al mar agitado y también a Sus discípulos atribulados”.[1]
2. La multiplicación de los panes y los peces fue el único milagro relatado en todos los evangelios. Siendo que fue en Pascua, podemos decir que fue un año antes de la muerte de Cristo. Es probable que hubiera por lo menos 15.000 personas alimentadas con los cinco panes multiplicados por 3.000 y dos peces multiplicados por 7.500 veces (v.13-21).
3. El Señor Jesús necesitaba privacidad y aprovechaba estas raras oportunidades para hablar con su Padre a quien estaba sujeto. Jesús no usó normalmente medios de locomoción extraordinarios mientras estuvo en la tierra, pero aquí tenía el propósito de fortalecer la fe de sus discípulos, quienes en este punto necesitarían decidir si realmente seguirían a un hombre perseguido por toda la nación. Mostraron que, en el momento del miedo, la superstición todavía estaba con ellos, ya que pensaban que Jesús era un fantasma, o quizás el ángel de la muerte. Cristo es el Hijo de Dios independientemente de los comentarios del hombre. Sin embargo, la venida de Cristo al mundo debía estar llena de señales, ya que el propósito era llamar la atención del pecador no solo a Sus palabras, sino a Sus actos que atestiguan Su divinidad. Hoy en día, no necesitamos pruebas de la deidad de Cristo, mucho menos signos dudosos reclamados por los hombres (v.22-36).
Caminar conforme a la propia convicción (Mt 14)
1. Decapitado por predicar contra el adulterio (v.1-12)
2. Alimentando a los invitados (v.13-21)
3. Enfrentando el peligro a través de la fe en la Palabra de Dios (v.22-33)
4. Tocando a Aquel que puede sanar (v.34-36)
[1] The Gospel of Matthew (part 2) - An Exposition Arno Clement Gaebelein – Mt 14 (biblecentre.org 08/06/2007)
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