viernes, 31 de diciembre de 2021

Hebreos 5

 Capítulo 5: La superioridad de Jesús sobre los antiguos sacerdotes

El sumo sacerdote era un hombre que cuidaba de las cosas espirituales. Él presentaba a sus semejantes a Dios con dones (holocaustos) y sacrificios por el pecado. El sumo sacerdote, siendo hombre, también es pecador. El sumo sacerdote necesita, él mismo, ser presentado a Dios mediante sacrificios de animales. Los sacerdotes no eran voluntarios ni elegidos por votación. Eran escogidos entre los descendientes de Aarón. Jesús es sumo sacerdote por orden de Dios mismo, sin embargo, no era de los descendientes de Aarón. Dios aceptó una antigua orden de sacerdocio, el de Melquisedec. Jesús es de esa orden. Jesús no ofreció sacrificio por el hombre. Él mismo fue el sacrificio. El huerto de Getsemaní fue la presentación antes del sacrificio. Jesús fue más obediente que los otros sacerdotes porque su obediencia le costó la vida. Ningún sacerdote ofreció la vida eterna, pero Jesús se la da a todos los que le obedecen. Por tanto, Jesús es más grande que todos los sacerdotes. Su credencial no es Aarón, sino Melquisedec. Somos rápidos en muchos negocios, pero para las cosas de Dios somos un poco lentos, así que no crecemos. Queremos ser personas importantes en muchos asuntos, pero somos bebés en la Palabra de Dios. No podemos vivir de “papilla” en la vida cristiana, por lo tanto, cada creyente debe buscar un crecimiento saludable en la Palabra (v.1-14).

 

“… Los eruditos han llegado a la conclusión de que 'el tema central o completo de la epístola a los Hebreos es la supremacía absoluta de Cristo'. Es cierto que hay un énfasis en Hebreos en la exaltación de Cristo (1: 3, 8: 1- 2), aunque esta exaltación está vinculada, por el autor, a la instalación y funciones de Cristo como sacerdote (5.5-6: 10, 7.26-27)”.[1]



[1]The Doctrinal Center of the Book of Hebrews, pg. 294 - David J. MacLeod (Bibliotheca Sacra / July-September 1989)

 

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