Capítulo 11: La medición del templo de Dios, los dos testigos y la séptima trompeta
1. No se dice quién dio esta
vara. Es posible que fuera un ángel. Juan pasa de ser observador a medidor. Caña
o “kálamos” es un junco o caña, muy abundante en el valle del Jordán, utilizada
como instrumento de medida. Algunas de estas cañas medían de tres a seis metros
de altura. El Templo de Jerusalén fue destruido en el año 70 d.C. Sin embargo,
el Anticristo hará una alianza con Israel y parece que Israel será “agraciado”
con un nuevo Templo, quizás no tan sofisticado. El pueblo de Israel hoy no
practica sacrificios porque no hay linaje sacerdotal y no hay Templo. El acto
de medir tenía el sentido de preservación (protección divina) o también el
sentido de destrucción (juicio), según Zac 2:1-5, Jer 31:38-40, 2 Re 21:13, Is
34:11, Lam 28. El sentido aquí es el primero, a saber, la preservación del
Templo durante la Tribulación. En la ruptura del pacto, el Templo será
profanado. Juan debía medir el santuario, el altar y los adoradores. Significa
que el remanente judío será preservado, no físicamente, sino espiritualmente,
del poder del anticristo. La parte exterior del Templo será protegida, por eso no
es medida. Las naciones gentiles hollarán la ciudad santa. Israel volverá a ser
odiado. Pero los que están en el “santuario”, es decir, el remanente fiel,
serán preservados. Aunque martirizados, serán salvos (Lucas 21:24). Aunque el
Templo será una realidad, no necesitamos entender que esta medida es literal,
sino solo simbólica para mostrar la situación del judío convertido en el
momento de la tribulación. Los gentiles pisotearán la ciudad santa durante 42
meses. La ciudad santa es Jerusalén. Los judíos serán el blanco del odio del
Anticristo en la tierra, evidentemente, consecuencia de su odio mayor, que es
contra Dios. 42 meses = 1260 días (11:3, 12:6) = un tiempo, tiempos y la mitad
de un tiempo (Dan 12:7). Estos versículos se refieren a la semana 70 de Daniel
9:24-27 que corresponde a tres años y medio. Dan 7:25 muestra que a partir de
aquí el énfasis está en Israel que fue traicionado, pero el remanente fiel
sigue siendo protegido por Dios. Finalmente, serán tres años y medio en los que
Satanás derramará su odio (v.1-2).
2. No podemos decir con certeza
quiénes serán los dos testigos. Quizás Elías y Moisés, porque los hechos nos
los recuerdan. Representando la ley y los profetas, anunciando a Cristo el
Mesías. Recordando que los dos aparecieron en el Monte Transfiguración.
Vestidos de cilicio como se vestían los profetas para llamar al pueblo al
arrepentimiento (2 Reyes 1:8, Is 20:2, Zacarías 13:4). Zacarías 4:2ss. Las
lámparas iluminan mientras tienen aceite de oliva. “Delante del Señor de la
tierra” Zacarías 4:15, refiriéndose a Dios Padre. Esa luz se apagará, es decir,
los dos testigos morirán. “El fuego de Elías” matará a sus perseguidores. Los
dos testigos solo pueden morir después de su misión, que es testificar, antes
de que venga el Señor (v.4-5, ver Mal 4:5). Los signos nos llevan
inmediatamente a pensar en Moisés y Elías. Podrían ser dos profetas con el
mismo espíritu que Moisés y Elías, así como Juan el Bautista tenía el espíritu
de Elías. Sin embargo, Dios puede hacer que Moisés y Elías aparezcan
nuevamente, como lo hizo en el Monte de la Transfiguración. El testimonio será
completo. La muerte de los dos testigos será en el tiempo específico de Dios.
Por primera vez se menciona a la Bestia. Veremos en detalle en el capítulo 13
(v.3-7).
“Estos dos individuos son
claramente del mismo patrón que Elías (ordenando fuego y sequía – v.5-6) y
Moisés (convirtiendo el agua en sangre y castigando la tierra con plagas –
v.6)... sus actividades son bien definidas. Que la identidad de estos dos
testigos no está clara es evidente a partir de las numerosas sugerencias entre
los comentaristas. La idea más popular es que son Moisés y Elías resucitados.
Otras sugerencias incluyen a Enoc y Elías, Elías y Eliseo, Pedro y Pablo,
Santiago y Juan, dos discípulos desconocidos, la ley y los profetas,
predicadores y maestros, y muchas otros”.[1]
3. Los cadáveres expuestos eran
repugnantes para el mundo antiguo, como lo es hoy. La gran ciudad es Jerusalén,
que es llamada Sodoma (degradación moral) y Egipto (crueldad y opresión). La
ciudad donde el Señor fue crucificado. Hace unos años los comentaristas no
tenían idea de cómo lo vería todo el mundo, pero hoy en día esto se resuelve
gracias a los avances tecnológicos. Los medios modernos de comunicación
(satélite, Internet y drones) lo hacen universalmente posible. Seguramente
habrá fiestas, una especie de Navidad satánica, tal vez camisetas
promocionales, juguetes, calcomanías y otros objetos ensalzando a la Bestia que
mató a los testigos que atormentaron la conciencia de la humanidad. La alegría
se convierte en pavor por la resurrección de los testigos. Antes de que los
cuerpos se pudran, Dios los resucita. La muerte de los testigos calmó su
conciencia, pero la resurrección trae a la memoria la ira de Dios. La voz era
lo suficientemente fuerte para que todos la escucharan. Aconteció una figura de
ascensión o arrebatamiento. Los enemigos oirán y atribuirán la voz a Dios. (vs.
8-12).
4.Jerusalén experimentará un gran
terremoto. Este terremoto está relacionado con la ascensión de los testigos y
la voz del cielo. La décima parte de la ciudad será destruida y siete mil
personas morirán. Algunas personas darán gloria a Dios con sinceridad, sin
embargo, no habrá una conversión universal, pues el miedo momentáneo hace que
la gente glorifique a Dios, sin embargo, sin entregarse de corazón al Soberano
de Soberanos. Ese fue el segundo ay. El primero está en 9:12, el tercero viene
con la séptima trompeta. En ambos ayes hubo una clara acción de los demonios
(v.13-14).
5. Voces intensas, quizás de
ángeles. Así como el séptimo sello, la séptima trompeta, tampoco tiene juicio.
El anuncio del milenio muestra que en este momento se acerca la Parousía y, por
supuesto, el Armagedón. El tiempo pasado no debería ser un problema, porque
Jesús también lo usó para algo futuro, pero que es seguro (Juan 12:31). Es un
ay para los incrédulos. La alabanza es por algo por venir, sin embargo, tratado
aquí como ya sucedido. Esto no debería ser un problema, porque estas son
profecías y no esperanzas dudosas. Las naciones se enfurecieron, la ira del
Señor llegó, los muertos serán juzgados y los creyentes serán recompensados. Todavía
es la alabanza de los 24 ancianos. El odio de las naciones es contra Dios. Los
muertos serán juzgados, con sus cuerpos, al final del milenio, pero ya están
siendo juzgados en el tormento de sus almas. La recompensa para los creyentes
del Antiguo Testamento será en el Milenio. Se abrió el santuario y se vio el
arca del pacto bajo relámpagos, voces, truenos, terremotos y granizo
(vv.15-19).
¿Qué pasó con el arca
perdida? 1) Desapareció en el
586 aC cuando los babilonios tomaron Jerusalén (2 Crónicas 35:3). 2) Una leyenda judía
dice que Jeremías la escondió en una cueva (Jeremías 3:16, 2 Macabeos 2:4-8). 3) Juan la ve en el
cielo. El arca representa la
fidelidad de Dios en las promesas. En la ciudad que desciende del cielo no
habrá templo, pero aquí en el cielo está el santuario (Lugar Santísimo).
En la Nueva Jerusalén no habrá templo, pero la visión de Juan aquí no es la
Nueva Jerusalén, sino el cielo. Mientras Juan contempla el arca, ocurren
algunos fenómenos en el cielo y otros en la tierra, como un terremoto y
granizo. |
6. La última trompeta es el
anuncio del reino de Cristo y la aparición del arca. Los incrédulos deben
temer, porque pronto estarán fuera por toda la eternidad de este reino
maravilloso y del Estado Eterno.
Los Énfasis Después
de Medir el Atrio del Santuario (Ap 11) 1. El ministerio y
poder de los dos testigos (v.1-6) 2. La muerte y la
resurrección de los dos testigos (v.7-12) 3. El gran terremoto,
el segundo ay (v.13-14) 4. La séptima
trompeta, el arca del pacto (v.15-19) |
[1] Samuel E. Schnaiter – Biblical
Viewpoint vol XVI Nº 1 abril – Focus on Revelation, pg. 59-60 (Bob Jones
University – Greenville, South Carolina – EUA - 1982
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