Capítulo 10: El Libro del Cielo
1. Aunque la visión sea la de un “ángel”, es una visión majestuosa y se
parece mucho a la visión del capítulo 1 que nos lleva a la Persona de
Jesucristo. Si por un lado la visión es muy parecida a Cristo, por otro lado,
no parece ser Cristo (v.1).
1) Dice “otro ángel”, es decir, lo pone en la misma categoría que los
otros ángeles. 2) No juró por sí mismo (v.6). Cristo tiene plena autoridad para usar su
propio nombre como juramento. 3) Es visto en la Tribulación. No hay evidencia de que Cristo descenderá
en este momento, excepto en la Parusía. Cuando Cristo se le apareció a Juan
en la isla de Patmos, fue el comienzo de las visiones y no de la Tribulación. |
2. En la mano un librito abierto, un pie en el mar, el otro en la tierra.
El contenido no era secreto ya que estaba abierto. Un pie en el mar y el otro
en la tierra muestra que todo el mundo será abarcado. Se escucharon siete
truenos cuando la voz rugió como un león. Algún tipo de voz que dice algo
aparece cuarenta veces en Apocalipsis, pero no siempre se nos dice lo que estas
voces quieren transmitir. El trueno anuncia más juicios. Aparentemente Juan
entendió la voz del trueno. Cual voz ordenó no escribir, no lo sabemos. Sin
embargo, como vino del cielo, es de Cristo o del Padre. Se acostumbraba a
levantar la mano derecha para jurar, teniendo la mano izquierda el libro. Si
fuera Cristo, juraría por sí mismo. No habrá más demora para los juicios
venideros (v.2-6).
"La eternidad de Dios es incluida en el
juramento, porque es algo duradero y firme, en contraste con las cosas y los
seres de la tierra, por lo que sirve como base adecuada para un juramento que
asegura una cierta verdad".[1]
3. A la séptima trompeta se consumará el misterio. No dice qué misterio se consumará
al sonar la séptima trompeta, sino en el período de esta. Puede ser el anuncio
del reino, que sucederá a los juicios. Tenga en cuenta que es el anuncio del
reino y no el establecimiento, todavía. La voz viene del cielo. Jesucristo o
Dios Padre está dirigiendo la escena y mandando a Juan. El ángel actuó en
obediencia la voz del cielo y le dio a comer el libro a Juan. Fue amargo en el
estómago y dulce en la boca, así como sucedió con el profeta Ezequiel. Las
profecías son dulces, pues son palabras del Señor, sin embargo, contienen
juicios severos y como los profetas Ezequiel y Juan no son insensibles a los
sufrimientos humanos, sienten amargura cuando las digieren, es decir, cuando
tienen que meditar sobre el contenido de las profecías su sufrimiento aumenta
mucho. Las profecías no se limitan a Israel. Recordando que un pie en el mar y
otro en la tierra indica el alcance de todo el mundo (v.7-11).
Asimilando el Mensaje de Dios (Ap 10) 1. Juan debe asimilar, pero no escribir (v.1-4) 2. Los profetas asimilaron, pero quizás no entendieron (v.5-7) 3. Juan asimiló lo dulce y lo amargo de los juicios de Dios (v.8-11) |
Los clamores y sus motivaciones (Ap 6-10) 1. Los mártires de la Tribulación – por justa venganza (6:10-11) 2. Los pueblos sin Cristo – por el fin del sufrimiento (6:15-17) 3. Otros Mártires de la Tribulación – Alabanza por la Salvación (7:9-10) 4. El águila en el cielo – los tres ayes sobre la humanidad (8:13) 5. Los incrédulos – clamando por la muerte para dejar el dolor (9:6) 6. Un ángel del cielo – jurando que todo está en el fin (10:3,6) |
[1] O Novo Testamento Interpretado versículo por versículo, vol. 6, pg. 513
– Russell Norman Champlin (Editora Candeia – São Paulo – SP – 1ª ed. - 4ª
impressão 1983)
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