domingo, 4 de junio de 2017

Nº1 Las actitudes del pueblo, de Dios y de Moisés en relación a la historia de la liberación de Israel

Las actitudes del pueblo, de Dios y de Moisés en relación a la historia de la liberación de Israel. Deuteronomio 9:1-21


Introducción:
Israel era un pueblo rebelde y el Dios Verdadero (Jehová) es Misericordioso. Nosotros nos parecemos mucho a la nación de Israel. Hubo varias advertencias al entrar en Canaan. Vers 1-6

El pueblo, Dios y Moisés fueron los personajes principales de la Historia de la Liberación de Israel.
Las actitudes del pueblo, de Dios y de Moisés en relación a la Historia de la liberación de Israel.



I. La rebeldía del pueblo. vers 7-12

1. Desde Egipto hasta el momento solo murmuraron. Vers 7-8

2. En Horeb (Sinaí). Moises en el monte de la presencia de Dios (vers. 9-11). Moisés recibe la noticia de Dios.


II. La indignación de Dios. Vers. 13-14

1. EL concepto de Dios a respecto del pueblo. ¿Qué piensas tú del Señor? ¿Qué piensa el Señor de ti?

2. Dios es justo. No sería cruel al destruir al pueblo. No estaría quebrando su pacto con Abraham. Hay creyentes en un precipicio espiritual. (1 Cor. 11:30)

III. La indignación de Moisés. Vers- 15-17

1. Moisés vio lo que Dios le había hablado (vers. 15-16). El monte hervía en fuego, Moisés hervía de indignación. El líder debe ser misericordioso, pero no complaciente.

2. Moisés quebró las tablas de la Ley (vers. 17). La Ley ya había sido quebrado en los corazones. La Biblia tiene valor para nosotros solo cuando obedecemos y no cuando hablamos de ella.

IV. La misericordia de Dios y de Moisés. Vers 18-21

1. Moisés intercedió por el pueblo (vers. 18-19). Dios le hizo una propuesta (vers.14). El prefería la muerte propia a la muerte del pueblo (Éx. 32:32). Moisés conocía la pesada mano del Señor. (vers 19)

2. El Señor oyó a Moisés (vers 19b-20). No destruyó al pueblo. No destruyó a Aarón. Moises destruyó aquello que e estaba causando la separación entre el pueblo y Dios (vers. 21)

3. Es una ilustración sobre lo que debemos hacer con nuestros "dioses". El perdón es absoluto. (Miq. 7:18-19)


Conclusión:

1. Nosotros no somos merecedores del Señor
2. Debemos honrar a nuestros líderes.
3. Los líderes deben ser firmes, justos y misericordiosos.
4. La misericordia del Señor dura para siempre, mas Él tiene su propio tiempo reloj para marcar el fin de su longanimidad.


Pércio Coutinho Pereira, 29/08/85

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