miércoles, 2 de agosto de 2017

¿Importa?

¿Importa?

Que haya abundante suministro de algún refresco embotellado, no es importante. Pero que haya abundante agua pura, potable, ¡sí, es importante, aun vital!

Un gran pensador y escritor, C.S. Lewis escribió: “Si el cristianismo es falso, no es importante. Si es cierto, es infinitamente importante. Lo único que no puede ser es medianamente importante.”

¿Por qué no sería importante si fuera falso? Por el mismo hecho por el que muchos, tal vez usted mismo, a alguien que quería hablarles de Jesucristo han respondido diciendo: ¿qué importa? Con esa respuesta estamos diciendo que no consideramos importante el cristianismo, que su planteo acerca del bien y el mal, su mensaje de perdón por medio de Jesucristo, sus promesas para el presente y el futuro en el cielo no nos interesan. Si no interesan es porque consideramos que no sirven, y probablemente que creemos que es todo un mito. Lo calificamos al par de un refresco embotellado.

Lewis nos lleva a considerar la otra alternativa, que tal vez ¡puede ser cierto! Esa posibilidad del lado opuesto también lleva su importancia al lado opuesto. Convierte ese algo despreciable en algo de vital importancia. Si es cierto que hay un lago de fuego que evitar, y también un cielo al cual nadie tiene acceso si no obtiene el perdón de sus pecados por medio de la muerte de Jesús en la cruz y si es cierto que la vida eterna está garantizada por la resurrección de Jesús de los muertos, así como su ayuda para vivir la vida del cristiano día a día  por su actual intervención y ayuda, entonces, ¡es asunto de vida o muerte! Es tan importante, y más, como el suficiente suministro de agua potable.

Decir que esto es medianamente importante, decía Lewis, es imposible. Sin duda, si Cristo fue falso, no pasa nada, pero ¿si es cierto?

Por Ken Russell

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