Entiende lo que lee?

¿Entiende lo que Lee?

Tal vez usted haya oído a alguna persona que leía, y por la forma de leer, se preguntó, ¿entiende lo que lee? Puede ser porque la lectura no reflejaba la presencia de signos de interrogación, ni de exclamación, ni tampoco de puntos y comas, ni párrafos. Todo hacía pensar que solamente pronunciaba las palabras, sin interpretar el relato.

Para asegurar nuestro “diagnóstico”, podremos hacer algunas preguntas sobre el texto y algún comentario, y el intercambio y las respuestas que surjan confirmarán o no nuestra sospecha.

Algo similar puede suceder cuando un lector hábil y experimentado lee algún artículo técnico sobre una disciplina que desconoce, y por más fluida y profesional que sea su lectura, la misma persona está consciente de que lee sin entender.

Estoy pensando en un hombre de Etiopía, persona de confianza de un gobernante de su país, que había viajado al exterior y de alguna manera había accedido a una copia de un libro que se puso a leer en el viaje de regreso. Leía, porque sabía leer, pero surgían varias preguntas acerca del texto que no tenía forma de saber. Justo en ese momento, otro hombre se le acercó, vio lo que estaba leyendo, y le preguntó: ¿Entiendes lo que lees?

Como verdadero “sabio”, no ocultó su ignorancia del tema, sino que contestó con toda franqueza: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que se sentara con él>>.

Resulta que el etíope estaba leyendo en Isaías 53, porción que usted puede leer en su Biblia. Y si usted leyera también el relato del etíope en Hechos 8:26 hasta 39, donde Felipe le explica lo que leía, usted podría experimentar el día más feliz de su vida, al igual que aquel etíope, que “siguió feliz su camino”. ¡Pruébalo!

Por Ken Russell