lunes, 29 de julio de 2019

Génesis 32


Capítulo 32: El regreso de Jacob y su lucha con Dios

1. El viaje de regreso de Jacob a su hogar estuvo protegido y guiado por Dios a través de sus mensajeros, los ángeles. Aunque han pasado 20 años desde su huida, Jacob no ha olvidado ese evento, y tampoco lo ha hecho Esaú. Ante la inminente reunión con su hermano, Jacob ideó un plan para apaciguar la posible ira de Esaú mediante regalos. Cuando se enteró de que Esaú se acercaba con 400 hombres, Jacob se llenó de terror y elaboró una estrategia para minimizar las pérdidas, tanto en términos de personas como de rebaños.

A pesar de recordar la promesa de protección de Dios, Jacob se enfrentó al desafío de confiar plenamente en ella. Similarmente, los creyentes a menudo caen en la trampa de intentar apaciguar a Dios por temor al castigo, la falta de bendición o el deseo de ganarse un mayor amor divino. Sin embargo, nuestro Dios no depende de nuestros obsequios para amarnos, ni de nuestros sacrificios para evitar condenarnos. Nada puede separarnos del amor que se encuentra en Cristo Jesús, su Hijo (v. 1-21).

2. A continuación, se desata una de las peleas más impactantes y desiguales: Jacob, enfrentándose solo, lucha contra Cristo preencarnado. Este no era un simple ángel; era Dios mismo manifestado en forma de ángel, el Ángel del Señor. Jacob, en su enfrentamiento, llega a reconocer la divinidad de su oponente, comprendiendo que estaba luchando contra Dios mismo. El Ángel tenía el poder de bendición, y afirmó que Jacob había luchado con Dios. La contienda deja a Jacob con una distensión muscular en el muslo.

Esta historia fue conocida por los judíos, quienes, al menos en esa época, adoptaron la práctica de no consumir la parte del animal correspondiente a la distensión muscular de Jacob, ubicada en el nervio en el centro de su muslo. El lugar de este encuentro fue llamado Peniel, que significa "cara a cara con Dios". Como resultado de esta experiencia transformadora, el nombre de Jacob es cambiado a Israel, que significa "el que tiene poder como príncipe de Dios" o simplemente "príncipe con Dios". Para convertirse en un siervo valioso de Dios, Jacob debía abandonar su comportamiento engañoso. De manera similar, el Señor busca transformar nuestras vidas para que reflejen cada vez más la imagen de Cristo Jesús (v. 21-32).

"En la ley mosaica, Dios no exigía específicamente la observancia ritual relacionada con la parte del animal correspondiente a la distensión muscular de Jacob. Sin embargo, los descendientes de Israel, por iniciativa propia, instituyeron esta práctica al reconocer la profunda importancia de la experiencia de Jacob, comprendiendo su significado para ellos mismos.".[1]

Reconciliación en los relacionamientos
(Génesis 32: 1-21)
1. Miedo (v.1-8)
2. Oración (v.9-12)
3. Regalo versus soborno (v.13-21)

Construyendo una relación más profunda con Dios (Génesis 32: 22-32)
1. Individualmente (v.22-23)
2.Incesantemente (v.24-28)
3. Íntimamente (v.29-32)


[1] Exposition of Genesis, pg. 427 – H. C. Leoupold (Christian Classics Ethereal Library – Grand Rapids, MI – EUA – 1942)


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