Capítulo
19: La vaca alazana y la purificación del pecado
1. La vaca alazana (de piel rojiza) para
la ofrenda por el pecado representa a Jesucristo muerto en la cruz derramando
su propia sangre. Alguien murió en nuestro lugar, pero no fue alguien
cualquiera, fue Dios mismo. Aquel que nos ofrece un yugo suave y ligero. Él
unca llevó el yugo del pecado, a no ser nuestra propia carga con nuestros
pecados. Él no solo es sin mancha, sino que es Santo. Fue totalmente consumido.
Una ofrenda completa. Incluso el sacerdote quedaba inmundo hasta la tarde,
porque había ofrecido un sacrificio por el pecado. Incluso la ceniza recogida
representaba el pecado, por lo que quien la recogía quedaba inmundo hasta la
noche. El pecado no es simplemente una mala elección, sino que está contaminado
y es contaminador (v. 1-10).
"La
novilla roja: tipo de sacrificio de Cristo como la base de la purificación del
creyente de la impureza contraída en su peregrinación en este mundo y sirve
como una ilustración del método de su purificación".[1]
2. Las leyes de contaminación eran muy
estrictas y era imposible quedar limpio cerca de un cadáver, ya que representa
la muerte y la consecuencia del pecado. Un simple jarrón sin tapa o con tapa
sin sellar quedaba inmundo. Incluso tocando los huesos de alguien que había
muerto y, después de mucho tiempo, solo quedaron los huesos, la persona quedaba
inmunda. El pecado no respeta fronteras territoriales, razas, y ni siquiera el
tiempo. El pecado siempre contamina. Entrar al santuario sin la debida
purificación hace que el santuario quede inmundo y aquel que lo contaminó debe
ser eliminado de la congregación (v.11-22).
La
medida de purificación (Nm 19)
1.Nuestra purificación se mide por la
sangre de nuestro sustituto Jesús (v.1-2)
2.Nuestra purificación se mide por el
sustituto perfecto e sin defecto (v.2)
3.Nuestra purificación es medida por el
sustituto que nunca tuvo el yugo del propio pecado (v.2)
4. Nuestra purificación se mide por el
sustituto que murió fuera de las puertas de Jerusalén (v.3)
5.Nuestra purificación se mide por la
sangre del sustituto rociado sobre los que creen (v.4)
6. Nuestra purificación se mide por el
sacrificio completo del sustituto (v.5-6)
7. Nuestra purificación se mide por la
Palabra purificadora de todos nuestros pecados (v. 7-10).
8. Nuestra purificación se mide por el
alejamiento de todos los elementos contaminantes (v.11-22)
[1] Scofield
Reference Notes (1917 Edition) - Cyrus
Ingerson Scofield (1843-1921) (extraído de comentários de e-sword versão 10.3.0
- 2014)
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