Servicio.
Servíos por amor los unos a los otros. Gálatas 5:13
El otrora Canal 5 emitía la serie británica “Los de arriba y los de abajo”. Relataba las vivencias de una acomodada familia londinense y su servidumbre frente a los principales acontecimientos de principios del siglo XX. Marcaba las diferencias sociales, pero al mismo tiempo mostraba la condición humana de todos, cada uno con sus propias visiones y problemáticas.
Las sociedades siempre se han organizado sobre la premisa que los servidos son más importantes que los sirvientes. Jesús alteró el orden convencional para establecer uno diferente: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor”. Mateo 20:26
Estableció un nuevo principio válido para el reino de los cielos: la grandeza corresponde a los que sirven. Servir es un privilegio. Es para lo que fuimos capacitados por Dios. Es una muestra de amor.
No fue solo discurso. Horas antes de ser traicionado por Judas, Jesús le lavó los pies. La tarea más indigna y servil de todas, la que nadie quería rebajarse a hacer, él la hizo con quien menos la merecía: “Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”.
La Biblia propone valorizar el servicio y valorar a los siervos, especialmente a los que trabajan en pastorear y enseñar. Pero más que nada, invita a ser serviciales, como Jesús:
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28
Por Pablo D. López
No hay comentarios:
Publicar un comentario