Fe
¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40
El escepticismo dice “ver para creer”. La fe opera en sentido inverso. Es una extensión de la razón, va más allá de lo perceptible para los sentidos, pero basándose en elementos fundados. No es irracional creer en alguien que siempre ha dicho la verdad.
Así es la fe que propone la Biblia. No reniega del razonamiento o ignora los hechos y la evidencia. Se funda en ellos: “porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas” Dios en su soberanía ha determinado que el hombre se acerque a él por medio de la fe.
La fe nos define. Si hemos puesto nuestra confianza en Jesús y la obra salvadora del Calvario, somos creyentes. En la fe, Dios provee un instrumento para que podamos conocerle.
La fe nos salva. Mediante la fe recibimos la justicia de Cristo, que Dios otorga al pecador para que sea declarado justo (Romanos 5:1). Como la salvación, creer es una concesión de su gracia.
La fe nos sostiene. Es una actitud frente a Dios, donde confianza y obediencia van de la mano. La fe que no produce respuesta práctica, no es fe en absoluto. La confianza en su Palabra nos permite continuar caminando, aún a tientas, en la sombría noche de la adversidad.
Por fe andamos, no por vista. 2 Corintios 5:7
Por Pablo D. López
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