martes, 21 de julio de 2020

Job 16


Capítulo 16: cuarta defensa de Job (la segunda contra Elifaz)

1. ¡El que crea que tendría una mejor actitud que Job que arroje la primera piedra! Los amigos de Job no consuelan, sino molestan. Las palabras de los amigos están vacías como el viento. Job incluso se pregunta cuál es su motivación para actuar con tanta crueldad. Job dice que si se cambiaran las posiciones, él también podría actuar como sus amigos, pero también podría consolarlos realmente. La triste realidad para Job es que tanto al hablar como al guardar silencio, no encuentra alivio. Él comienza a quejarse con Dios. Lo que más le preocupaba era la pérdida de su familia. Job estaba marchito, arrugado y delgado. Los hombres no tienen piedad de Job y al parecer, ni siquiera Dios (v.1-11).

“Dios, sin embargo, se había vuelto contra él, atormentándolo y persiguiéndolo, entregándolo a los malvados e infligiendo heridas sobre heridas. Y todo esto a pesar de no tener ninguna culpa en absoluto ".[1]

2. Sabemos que la mejor actitud del ser humano delante de Dios es la sumisión, pero esto no significa que la queja no esté dentro de cada sufridor. Job solo dio un paso más al expresar lo que había dentro de él. Se queja de su estado actual. Antes vivía en paz, ahora se había convertido en un animal perseguido por el cazador. Se viste con cilicio, un paño grosero y duerme, o mejor, se revuelve en el suelo, en el polvo. La mayor queja de Job es que perdió a su familia, pero lo peor, sin merecer eso, porque Job nunca fue violento. En el versículo 18 vemos el sentido muy maduro de la justicia de Job. Prefiere ser comido por los perros que ser enterrado dignamente, en caso de ser culpable. Job todavía confía en la justicia de Dios ya que, para sus amigos, no hay más inocencia en la vida de Job. En el versículo 21, Job hubiera deseado que hubiera un hombre que defienda su causa ante Dios y sus amigos mientras todavía haya vida, porque pronto él morirá y su causa aún no había sido juzgada (v.12-22).


[1] Comentário Bíblico Popular Antigo Testamento, pg. 355 – William MacDonald (Editora Mundo Cristão – SP – 2ª ed. junho de 2011 – impresso na China)

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