sábado, 5 de diciembre de 2020

Proverbios 9

Capítulo 9: El camino de la sabiduría, el camino del necio

1. Aquí hay una "... alusión a las columnas del Templo de Salomón". (Gill). La Sabiduría, que es Cristo, construyó una casa con siete pilares, es decir, la casa es reforzada y amplia. El Nuevo Testamento también habla de Cristo como la construcción sólida (v.1, ver también 1 Tim 3:15, Mt 16:18, 1 Pe 2:5, Heb 3:6).


2. Es, ante todo, una fiesta religiosa con algunos bellos paralelos con Cristo Jesús (v.2-3).


Los sacrificios fueron ofrecidos                                     Cristo fue ofrecido por nosotros (Hb 10.12)

El vino, que alegra el banquete, también es ofrecido     Cristo es el vino para el pecador (Is 55:1)

El vino fue mezclado con agua para no embriagar     No hay disolución en Cristo(Ef 5:18)

La mesa fue preparada con abundancia de alimentos     Cristo es todo para nosotros. Su gracia es                                                                                                          abundante (Rom 5:17)

Las criadas recibieron la orden de proclamar la fiesta     Cristo convida a los pecadores a través de Sus                                                                                                 siervos (Mc 16.15)



3. El banquete no es para los que se creen sabios, sino para los que carecen de entendimiento, los quebrantados que sienten lo débiles que son. Esta invitación nos recuerda una historia que Jesús contó a sus discípulos (v.4-6, Lc 14:16-24).


4. El escarnecedor (luwts) debe ser reprendido, pero no hay promesa alguna de que él escuchará. No es por eso por lo que el sabio dejará de enfrentarse a él. La confrontación tiene dos propósitos: primero, tratar de ganarlo y segundo, solidificar su condenación, en caso de no haber arrepentimiento. "'Indignación' es la consecuencia esperada de esta reprensión, ya que alguien queda decepcionado por el objetivo que tiene a la vista, que es hacer lo correcto". (Gill). Otro gran riesgo de la reprensión del escarnecedor es que el buen nombre del sabio que reprende se vea manchado. Entonces, ¿qué se necesita para que alguien que ya es sabio y puro reprenda a un escarnecedor a riesgo de sentirse avergonzado y manchado su nombre? La respuesta es doble: amor y compromiso ante Dios para hacer lo correcto (v.7-9).


5. El v.10 es una repetición de 1:7. El primer fruto de la sabiduría es el temor por las cosas de Dios. El miedo que no existe en el escarnecedor de ser reprendido y no prestar atención a la reprensión de Dios. El v.11 es una repetición de 3:2. Hay vida en abundancia para los obedientes. El sabio hace el bien a los demás, pero él mismo se beneficia; así como el escarnecedor hace daño a los demás, pero él mismo sufre daño. Todo lo que hagamos tendrá su respectivo fruto (v.10-12).


“Entre estas dos invitaciones, se intercalan dos tipos de personas. El escarnecedor (1:22; 3:34) reaparece en toda su intolerancia a la corrección, teniendo como compañero al malvado (3:33), que reacciona a las discusiones con violencia. Al contrario de eso, está el sabio (v.9) que aprende y prospera " (1).


6. La característica de la mujer insensata es el alboroto, el ruido, la blasfemia. En hebreo es "hamah" (ruido). Aun siendo seductora, es simple, es decir, ignorante de las virtudes de Dios. Esta mujer está a la vista de hombres ingenuos y está lista para recibirlos y herirlos con su flecha mortal del pecado. El agua de la cisterna era un activo valioso en aquellos días. Cada familia tenía la suya propia y no estaba disponible para otras. Para los ladrones, beber esa agua era dulce y comer el pan robado era delicioso. Tenemos dichos similares: “El pollo del vecino está más gordo” y “La hierba del otro lado es más verde”. Todo expresa codicia por las cosas ajenas y aquí, peor que las cosas materiales, la invitación es a una experiencia sexual extramarital. El resultado es el fruto mortal que hemos estudiado anteriormente, la pérdida del buen nombre, la culpa, el abandono del hogar y la desestructura total (v. 13-18).



1.   Comentário Bíblico NVI – F.F. Bruce – Pv 9.12 (Editora Vida, São Paulo – 2009)

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